viernes, 25 de julio de 2014

Para ligar, Elorza, hay que poner la palabra al servicio de la razón y la buena fe.

Magnífico artículo tomado del blog ‘No te entiendo’ de Luisa Seoane Rey,reproducido con su autorización

http://dissidens.org/ 

¿Nadie siente vergüenza ajena cuando lee, aunque solo sea de pasada, los artículos que Antonio Elorza escribe para El País? Porque una cosa es que este profesor de Ciencias Políticas se haya pasado media vida polemizando, con viejos argumentos y sin pizca de sensibilidad, la cabeza henchida de integristas fantasmas, con expertos y moderados arabistas, con estudiosos de los nacionalismos españoles -en este sentido, me extrañó no habérmelo tropezado entre los firmantes del manifiesto de la plataforma “Libres e Iguales”- y del origen de esta nación, o que haya apoyado a UPyD y su carca ideología, y muy otra que esté haciendo el ridículo, poniéndose a la altura de ciertos contertulios de la prensa de la caverna, o a la de un inmaduro y enfervorizado muchachito de la FAES.

 

 Por dar un par de nombres de artículos concretos demoledores, como los juzgan quienes acompañan con palmas los bailes y las musiquitas de los más castizo-fascistas del PP, “La ola” y el último… bueno, no, acabo de verificar que empieza a enviarlos a pares a El País, el penúltimo que ha escrito, en la misma fecha, 18 de julio, del que acabo de ver ahora mismo -”Un no y dos manifiestos”-,  “La irresistible ascensión de P.I.”


“La ola” es una película alemana en la que a un profesor de instituto se le ocurre hacer un experimento para que sus alumnos lleguen a entender el funcionamiento de un régimen totalitario en una semana de prácticas, una especie de taller del totalitarismo, para entendernos; los propios alumnos y el profesor lo escenificarán en su vida diaria, en la escuela como fuera de ella.

 Aunque no la hayan visto, imaginan el desenlace: lo que se había mostrado como inocente experimento escolar sin mayor trascendencia va derivando en una situación en la que el profesor pierde el control del asunto, que deviene precisamente en algo muy similar a lo que había querido que los chicos entendieran y detestaran. Al margen de la lección que pretende dar su director, Dennis Gansel, del atractivo de las aulas en el cine, del enorme éxito de la película, en especial, en su país natal, personalmente, me dio pie para repasar otras lecciones aprendidas sobre la marcha durante los últimos lustros, sin ir más lejos, la de la madurez a la altura de la del lenguado de ciertos profesores, la personalidad conflictiva de otros, el desparpajo con el que lidian niños unos u otros, sin duda, el producto inevitable de haber tenido que hacer maestros y profesores como churros en función de la justa democratización de las aulas, y aquella otra sobre las obsesiones y los fantasmas de los alemanes desde que empezaron a atreverse a encararlos y a hablar abiertamente, más o menos abiertamente, de ellos. Y sobre USA y los conejillos de Indias, de paso, cómo no.

Porque el guión de esta película está inspirado en un experimento en un colegio norteamericano, La tercera ola, que llevó a cabo en 1967 -en un colegio de Palo Alto, California- el profesor de historia Ron Jones. Al ver que sus alumnos eran incapaces de llegar a comprender por qué los ciudadanos alemanes habían permitido que los nazis exterminaran a millones de judíos y otros infelices, se lió la manta a la cabeza y puso en acción un proyecto que logró convertir a su clase, y a multitud de alumnos de la escuela que se adhirieron al proyecto, en un grupo convencido del sentido de una causa por la que debían haber sentido franca repulsa. “Fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo” era el lema del profesor que así sintetizaba la ideología capaz de forjar una mentalidad totalitaria en los chicos, para enseguida pasar a dar sentido a sus acciones.

Ahora trasladen todo esto a la Facultad de Políticas de la Complutense de Madrid con ocasión de la presencia impuesta a los estudiantes de un Josep Piqué, político del PP, en 2008, de una Rosa Díaz, cofundadora de UPyD, portavoz y diputada en el Parlamento, obstinada en repetir visita en 2010, visitas, la de uno y la de otra, ni que decir tiene, rotundamente desinteresadas y enfocadas en exclusiva a contribuir a la maduración de los jóvenes universitarios. Añadan a esto, sin embargo, la actitud de rechazo frontal a los ponentes por parte de un amplio grupo de estudiantes, ¡en rebeldía por primera vez en toda la historia universitaria de este país, Dios mío, según debe constar en acta!, mezclen todo ello como en saco de trapero con Chávez, con Correa y con Evo Morales, con Irán, con Corea del Norte, con la izquierda abertzale… no sé si me dejo a alguien, es muy probable, agítenlo bien… y ahí tienen el Trío del Mal Monedero-Iglesias-Errejón, “Contrapoder”, los infernales ideólogos y responsables de aquellos desórdenes y sus abyectos objetivos. Y de Contrapoder a Podemos, un paso. Por mi cuenta, podría añadir que, desde luego, si UPyD, en realidad casi PP, el propio PP, el PSOE, el que hay de momento, ese IU tranquilito a la espera, la ambigüedad y el cinismo de CIU, etc., se mantienen en sus trece, que da toda la sensación, Podemos puede volver a darles un susto de muerte, qué va, el susto que los ponga definitivamente en su sitio. ¿No podrían hacer una lectura más adecuada de la situación actual los mentados y los que quedan por mentar, más ceñida o ajustadita a la realidad, más sensata y que sirviera de revulsivo definitivo a todos cuantos no están dispuestos a mover un dedo ante un estado de cosas, más que miserable o insufrible o desesperado, rechazable e inadmisible porque ronda lo criminal, de otra manera, resulta muy peligroso, por más paciencia que haya tenido hasta ahora el hambre, la desesperación y la humillación de este pacífico pueblo?

Pues el último artículo de Elorza, “La irresistible ascensión de P.I.”, viene a ser más de lo mismo, Chávez, Maduro, Correa, Morales, Corea del Norte, las herriko tabernas, los desafiantes nacionalismos catalán y vasco, los iraníes… En fin, ya saben, el padre gritándole al nene, y Elorza al lector, que por qué se va de casa, por todos los diablos, si en casa se vive puta madre, joder, aunque la madre se haya ido aterrorizada tiempo ha, y quien grita, papá, sea un enloquecido borracho irresponsable que le da una paliza al hijo cada vez que dice que quiere, no ya vivir como la gente de su edad, sino sobrevivir, y que lo amonesta verboso y brutal con el gastado e inútil consejo de que se guarde de las malas compañías que lo incitan a la rebeldía y a abandonar la casa del padre sin razón a la vista, sencillamente porque sí.


Conste que estoy más que convencida de que a cualquiera medianamente civilizado le repugnan los integrismos; de ahí, que solo el escuchar a cualquiera de los miembros de este Gobierno, pero incluso a Rosa Díaz, me enferme. Pero el problema con toda esta gente de la derecha española, ultraderecha, o que al menos siempre cojea en esa dirección, es dónde pone los puntos, las comas y el acento cuando se atreve a hablar de integrismos, últimamente, a diario. ¿Se los pone por casualidad al integrismo neoliberal, a sus defensores y sostenedores? ¿Condena los brutales instrumentos de los que se hace servir? ¿El integrismo del gobierno financiero mundial que mantiene cautivos a los gobiernos europeos democráticos? ¿El del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que debieran desaparecer sin más debate en foro alguno? ¿El de una Organización de Naciones Unidas que debe ser transformada de manera radical e inmediata sí o sí? ¿El integrismo españolista? ¿El del PP? ¿El de un Israel no sé si cuasi genocida, o genocida sin cuasi que valga? Por ir solo al último interrogante, sospecho que todos estos, Elorza entre ellos, o Elorza entre los voceros, sabe mucho más de integrismo islámico palestino que del sionista o del de los valedores del estado de Israel, los USA, pero no los únicos, que permiten y amparan de forma asombrosa un ¿genocidio progresivo? o cada vez más audaz de Israel en Gaza. Ya saben, Israel, sí, Venezuela, no. Palestina, por Dios, qué lata.

Hay cosas que parecen no tener remedio, y en que no lo tengan gasta su vida un ejército de hipócritas y de colaboracionistas sin alma. Y claro, cuando alguien parece hablar nuestra misma lengua, diciendo lleno de santa indignación que cómo no va a haber remedio contra la delincuencia o contra el crimen organizado aplicados sistemáticamente a la defensa y el sostén de los ya escandalosamente poderosos y ricos, contra el implacable y feroz aplastamiento de las ciudadanías, imprescindible aplastamiento para que los primeros sigan su ascensión y su progreso, resulta inevitable que prefiramos tratar de entendernos con gente como la de Podemos, por ejemplo, que con quienes sostienen, incluso es posible que crean firmemente, que las cosas siempre fueron y seguirán siendo así, que este es el único camino a andar.O a arrear. A estos segundos, estos sí, populistas, demagogos y antisistema, colaboracionistas de regímenes criminales, solo cabe negarles la amistad, el oído y el saludo. Como diría ese muchacho de quien aún sabemos tan poquito, Pablo Iglesias, esa no puede ni debe ser la patria de los bien nacidos, nuestra patria.

“La irresistible ascensión de P.I.” 18 de julio de 2014
http://elpais.com/elpais/2014/07/09/opinion/1404895770_355103.html
“La ola” 16 de junio de 2014
http://elpais.com/elpais/2014/06/13/opinion/1402669397_082667.html

 

miércoles, 23 de julio de 2014

El PP habla cada día de Podemos para distraer de sus abusos y miserias.



‘Telepredicador’, ‘populista’, ‘peligro para la democracia’… son algunos de los epítetos que los dirigentes del PP vienen dirigiendo al líder de Podemos, Pablo Iglesias, y en general a toda la formación. No hay día que la caverna mediática o Esperanza Aguirre, Carlos Floriano, Esteban González Pons o cualesquiera otros dirigentes del PP dejen caer algunas palabras, siempre ofensivas, contra Podemos y sus votantes. Pareciera que el PP estuviese obsesionado con Pablo Iglesias, Carlos Monedero o Íñigo Errejón, como si estos fuesen enemigos públicos en lugar de políticos de una formación con los mismos derechos que el resto de las  existentes en el país. 
 
El PP ha cambiado su obsesión descalificadora contra el PSOE –cuando Zapatero era el responsable de todos los males existentes en el mundo- por su rabia contra Podemos. Es evidente que la formación que lidera Pablo Iglesias es la antítesis del PP. Se trata de políticos vírgenes, sin condicionantes ni supeditaciones a los bancos, sin deseos de formar parte de los Consejos de Administración de las empresas energéticas, sin el afán, tan frecuente en los políticos de de este país, de llegar a al poltrona para forrarse. Han renunciado a parte de sus sueldos en el Parlamento Europeo para ayudar a la gente, y plantean unas medidas que, de llegar al Gobierno, librarán a este país de la supeditación a los bancos, a las empresas energéticas y la brecha social, todo dentro de la Constitución que tanto invoca el PP y tan poco cumple. 


La gente confía en Podemos y las encuestas de intención de voto reflejan la espectacular subida de la formación más allá de lo que en un principio algunos pensaron un espejismo en las europeas. Todo eso tiene muy nervioso al PP, pero también parece haber encontrado en las críticas a Podemos y a Pablo Iglesias –sobre el que cada día lanzan un infundio inmediatamente desmentido-, un parapeto, la base de una maniobra de distracción, para que otras noticias no sean analizadas en las tertulias ni explicadas en los medios.


Si la emprenden por cualquier asunto contra Pablo Iglesias quizá no haya espacio ni tiempo para contar a televidentes o lectores los muchos abusos, dislates y miserias del PP. Así, por ejemplo, pasa desapercibido el desatino y abuso que supone que, al tiempo que el Gobierno aplica recortes incontables sobre los derechos de los ciudadanos, se gaste más de dieciséis millones de euros en remodelar, amueblar y decorar los despachos de los ministros y altos cargos en diversos ministerios. O que el Congreso convoque un concurso para facilitar a sus señorías el uso gratuito de Iphones y Adsl hasta en sus casas, por un valor de 1.5 millones de euros, como si los diputados, con los sueldos que reciben, no pudieran pagar la factura del teléfono o de Internet. O que haya dedicado más de cuatro millones de euros a obras en el Congreso. 


Dirá el PP que esos casos son lo que vulgarmente se dice ‘el chocolate del loro’, pero tantas tabletas pueden suponer prestaciones sociales, sanidad o educación, la misma que recorta de manera implacable el Gobierno. ¿Cuántas prestaciones a Dependencia, podrían pagarse si los diputados del PP, con varias propiedades inmobiliarias en Madrid renunciasen a los 1.800 euros de suplemento a la vivienda? 


Mas hay casos más graves, de un gasto que nunca tendría que haberse producido, el del rescate a la banca, causante de una deuda del casi el 100% del PIB que no tendrían por qué asumir los españoles. Solo con el rescate de Caixa Banc, que costó más de doce mil millones a las arcas públicas, se podría haber costeado, la suma de todos los recortes en sanidad y educación hasta el año 2013  - 13.800 millones de euros-.

Sin duda, si alguno de esos populares que consideran que los políticos tienen derecho a privilegios sin cuento porque algunos de ellos ganarían más en la empresa privada –nos harían un gran favor si se fuesen a esas empresas que tanto les pagarían según ellos-, al ignorar que la política bien entendida es un servicio a la sociedad y no una actividad lucrativa. Pero a ver quién le explica eso a un partido que lleva veinte años, que se sepa, financiándose irregularmente y algunos de cuyos miembros presumieron en el pasado de ‘estar en la política para forrarse’. 


Da la impresión de que con sus constantes ataques a Podemos, los dirigentes del PP pretenden que nos olvidemos del caso Gürtel, del caso Brugal, de la ilegal financiación de la sede de Génova 13; de la reforma de la ley del aborto, que Gallardón pretende perpetrar con veraniega alevosía. O que no sigamos con demasiado interés las peripecias de algunos de sus miembros con un pie en la cárcel, como el expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, que alardeó ante la prensa de que él jamás pisaría una prisión y hoy el Tribunal Supremo ha ordenado su encarcelamiento.

Arbitrarios, injustos, represores y corruptos. Los políticos del PP, muchos de ellos inmersos en causas judiciales, o señalados como tales pese a que la prescripción a causa de la lentitud de la Justicia los haya librado del castigo, utilizan a Podemos como el payaso de las bofetadas del circo de su inoperancia y torpeza política, de sus injustas decisiones y sus escasamente honestas prácticas. 


Algunos de entre ellos piensan que los ataques a Pablo Iglesias y a Podemos puede acabar costándoles caro, porque cuanto más hablan de ellos más propaganda les hacen, y más simpatías recogen. 


Les va a dar igual. Hablen o no de Podemos, la realidad es que la ciudadanía considera que esa formación puede dar un giro al destino de pobreza, desesperanza y latrocinio que ha impuesto el PP.

sábado, 19 de julio de 2014

Rajoy podría convocar elecciones anticipadas por miedo a Podemos.



La posibilidad de celebrar elecciones anticipadas, al tiempo que las municipales y autonómicas, o incluso antes, en el mes de noviembre, circula por medios digitales y cenáculos políticos. El Presidente Raxoi podría tener prisa por convocarlas por miedo a un descalabro electoral de su partido, y que podría llevar a la izquierda al poder, acabando así con todo el entramado de intereses y leyes protectoras a la banca y el empresariado. Todo lo que se ha esforzado por hacer el PP durante los dos años y medio que lleva en el poder, con privatizaciones a favor de una oligarquía avariciosa, leyes que procuran impunidad a los bancos y banqueros, o empresarios abusivos y evasores de impuestos bendecidos por amnistías fiscales podría venirse abajo en caso de que la derecha explotadora perdiese su omnímodo poder. 
 
A Raxoi y al PP le ha entrado un pánico cerval ante la publicación de encuestas que dan unos excelentes resultados a Podemos, partido que la obsesión descalificadora de sus dirigentes resultaría patética sino fuese porque, además, contiene grandes dosis de ilegalidad. Los sondeos de intención de voto que se publican, e incluso los que no se publican, como la que todo los meses realiza el diario El País, que ocultó a sus lectores la de junio, porque daba una intención de voto a Podemos del 21.5% a solo cinco puntos del PP, tienen alarmado al partido mayoritario ante escenarios como el que dibujaba esa encuesta, hurtada a los lectores, que reflejaba que la suma de Podemos e IU daba la mayoría a una coalición de esos partidos que obtendrían 27.4, nueve décimas por encima del PP. Si a esa coalición se sumase el PSOE, aunque no parece que la formación dirigida por Pedro Sánchez  vaya a romper su deriva socialcentrista, la izquierda superaría a la derecha de PP y UPyD en más de doce puntos contando con ello con una mayoría electoral de casi el cincuenta por ciento. 


Ante esos muestreos de intención de voto el PP se revuelve de la única forma que sabe, calumniando y descalificando, porque le ha entrado pánico al pensar que, si efectivamente se da el escenario que dibujan esas encuestas, además de perder el poder, es muy posible que tenga serias dificultades ante los tribunales. De hecho, el sumario Gürtel y la pieza separada de Bárcenas, ya ha descubierto la financiación ilegal de la sede del PP de Génova 13, y es muy posible que si los bancos suizos dan la información solicitada por Ruz pueda ponerse negro sobre blanco lo que muchos ciudadanos sospechan: que los muchos millones evadidos a paraísos fiscales no pertenecen al extesorero sino al partido colegiadamente. 

Mas si a Raxoi le han entrado esas urgencias electorales, después de haber estado años intentando alcanzar el poder –no siempre de forma muy honesta- y logró acceder a La Moncloa con una campaña de trampas y falacias, se debe sobre todo al miedo a Podemos. Cree que adelantando las elecciones la formación de Pablo Iglesias no contará con infraestructura y personas suficientes para ganar unas elecciones. 

Desde que se conocen las encuetas que reflejan el imparable ascenso de Podemos, el PP no ve a la formación de Pablo Iglesias como un grupo de ‘frikis’, como la definió el ideólogo del PP, Pedro Arriola. Tras constatar que Podemos no solo le quitó votos al PSOE, sino que también muchos de sus electores le eligieron la papeleta de la formación de Pablo Iglesias, la histeria de los populares va en aumento. En esa preocupación está la razón por la que el PP no deja ni un solo día de lanzar ofensas, falacias y falsas imputaciones a Podemos. Incluso los populares madrileños, cuya lideresa, Esperanza Aguirre, parece sufrir una obsesión senil con Pablo Iglesias, está animando a sus simpatizantes, a través de Twiter, para que busquen en la red vídeos en los que el dirigente de Podemos alabe el régimen chavista o dé muestras de su hipotética conexión con ETA, o cualquier cosa que contribuya a desprestigiar a la nueva formación. Ya se sabe que el PP considera que para ganar votos sirve cualesquiera técnicas, y si de difamar o de inventar se trata, se hace con el mismo desahogo que utilizó para mentir sobre su programa o hacer uso de fondos ilícitos durante las convocatorias electorales. 


El PP no tiene discurso ya con el que dirigirse a la ciudadanía, durante los años de gobierno, que pese a no ser más que dos y medio parecen un siglo, el que ha hecho retroceder al país, solo ha gobernado para las élites, para la oligarquía, a medida de los dogmas de la iglesia y de la voracidad de bancos y empresarios. 

El Tribunal Europeo de Justicia ha tumbado por segunda vez su inicua ley Hipotecaria, con su Reforma Laboral acabó con los derechos de los trabajadores, con la privatización de la Sanidad y la entrega de la Escuela Pública a la secta católica confirmó su afán facilitar los negocios a sus amigos y su sometimiento a la Conferencia Episcopal. Y ya no engaña a una ciudadanía, a la que atrajo durante la precampaña de 2011 asegurando que crearía puestos de trabajo. No solo siguió destruyéndose empleo sino que este año se están eliminando cientos de miles de empleos en las grandes empresas. En la primera mitad del año se registraron casi 9.000 despidos en Expedientes de Regulación de Empleo, sin contar el millar de nulos de Coca-Cola. Iberia, Atento, Ferrovial, Cepsa y Sniace han anunciado grandes ajustes de plantilla en lo que queda de año. Unos despidos que afectan a todos los sectores y todo el territorio. De ese modo se desinflan los augurios de recuperación que el PP repite con la misma contumacia que falsedad. 


Podemos le ofrece a la ciudadanía medidas para recuperar la economía y la dignidad, para que los ciudadanos dejen de ser los esclavos de la banca y la oligarquía, un proyecto ilusionante y viable porque en España no es que no haya dinero, sino que se malgasta y está mal repartido. Y, en contra de lo que dice la derecha, la formación de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Juan Carlos Monedero, entre otros, garantiza que no son tan solo, como acusan sus detractores, jóvenes sin sentido común que no sepan lo que ofrecen o lo que dicen. Detrás del programa de Podemos hay un proyecto sólido de cambio que a la derecha le asusta, precisamente, porque es viable y podrá acabar con privilegios e injusticias.

Por esa causa los dos partidos hegemónicos hasta el momento, pero sobre todo el PP, están asustados. 

El partido de Raxoi accedió al poder a base de falacias y trampas. Ahora intenta soltarlo para garantizarse una victoria más. Aunque la ciudadanía ha dicho ¡basta ya!, como reflejan las encuestas, y un adelanto electoral supondría adelantar la liberación de una situación insostenible. Por esa causa Raxoi se debate entre el pánico y el pavor.