sábado, 28 de marzo de 2015

Situación de emergencia democrática provocada por el PP.



Desde que el pasado jueves se aprobó la Ley Mordaza me pregunto cuánto tiempo tardarán en cerrar este blog. Cualquier día algún miembro del PP leerá mis artículos que, aunque no tienen gran difusión, le parecerán incómodos y me taparán una boca más. Y es que estamos en una situación de emergencia democrática a la que la población no reacciona porque, en muchas ocasiones, ni se entera de lo que sucede. Los medios accesibles a todo el mundo, en un país en el que Internet está muy limitado, son casi exclusivamente las televisiones, controladas en su totalidad por el PP.  
 
Informarse por Internet, acceder a blogs y periódicos digitales independientes está limitado a una minoría de ciudadanos. Según el “Perfil sociodemográfico del Internauta 2013” publicado por el CIS –centro de investigaciones sociológicas-, el número de personas de 10 años y más que accedieron a Internet en alguna ocasión aumentó un 3,7% en el último año, aunque el 70% de los internautas accedieron a las redes fuera de su domicilio o lugar de trabajo utilizando algún dispositivo móvil. Porque solo existen 10,4 millones de viviendas familiares que tienen acceso a Internet, cuando el número de las ocupadas es de 24.843.078, lo que significa que 23.799.078 de personas no cuentan con Internet, y muchas de ellas no se conectan nunca, ni conocen redes sociales, ni leen prensa por ese sistema. 

En esa situación, de limitación de acceso a una información veraz y no manipulada por el PP, la población sufre una enorme limitación a la libertad de información, que se reducirá aún más con la Ley Mordaza que considera terrorismo aquellas noticias filtradas por internet desfavorables al poder. 

Incluso personas descontentas con el poder no conocen los detalles más sangrantes de la política del PP porque, con únicamente acceso a los informativos televisivos, no son informadas, entre otros asuntos, de la imposición de la Ley Mordaza y lo que eso significa, el número de muertos por desahucios, o los que fallecieron a causa de falta de medicación, como los cuatro mil que el pasado año murieron por no haber sido tratados con Sovaldi, entre otras sangrantes realidades. Son datos que escandalizan a personas que, sin acceso a Internet, desconocen la situación de emergencia democrática en la que vivimos, y que se indignan cuando conocen cifras y datos que el PP se encarga de ocultar tomando al asalto medios de comunicación y silenciando periodistas incómodos. 

Los políticos del PP, con el matonismo propio de dictadorzuelos, se permiten amenazar y celebrar ceses de periodistas incómodos, como hizo en las redes Agustín Conde, uno de los portavoces adjuntos del Grupo Popular en el Congreso, después de que la televisión otrora pública y en el presente propagandista del PP, celebraba el cese de Yolanda Álvarez, que a juicio de ese filofascista ‘parecía de Hamas’, repitiendo, cual loro ignaro, la queja de  la portavoz de la embajada de Israel en España, Hamutal Rogel, que la acusó de “convertirse desde el primer momento en correa de transmisión de los mensajes, cifras, imágenes y datos de Hamás” porque transmitía la realidad del genocidio sionista en Gaza. O vertiendo amenazas, más o menos veladas, contra el cesado Jesús Cintora, conductor de Las Mañanas de Cuatro, de la cadena Mediaset, al que Rafael Hernando, portavoz segundo del Congreso le espetó: “es su línea de comunicación y usted sabe lo que hace, usted es responsable’, tras un agrio debate sobre el caso Gürtel, en el que Hernando dejó caer enrabietado: “Hay gente que está hasta al gorro porque usted se encarga de que estén hasta el gorro porque es lo que dice todos los días, que es un país de corruptos y miserables, incentiva esa línea”. Hace seis años, el corrupto exalcalde de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo, amenazó a esta plumilla con un “como sigas publicando esas cosas te vas a arrepentir”, refiriéndose a artículos relacionados con la inseguridad ciudadana y el asunto de la contrata de basuras que finalmente le llevó a la cárcel. “Tenía que haberte mandado a tomar por culo hace tiempo” exclamó. Unos meses después estaba sin trabajo. 

 

Al tiempo, con la implantación de la fascista Ley Mordaza que limita brutal e inconstitucionalmente derechos civiles, este país está siendo convertido en una dictadura de facto, que se oculta con el disfraz de la democracia, como el régimen del general genocida Franco lo hacía con la ‘democracia orgánica’, cuando ese apellido invalidaba la existencia de un régimen de libertades que el PP está vulnerando desde que ganó las elecciones de 2011, y que, en los últimos meses, impone de una forma intolerable ante el temor de perder las elecciones que le privarán de seguir haciendo negocios con el dinero de todos, vendiéndose a los bancos y grandes empresarios, para, en connivencia con el capitalismo más salvaje, empobrecer al pueblo hasta dejarlo exhausto. 

Con los medios de comunicación controlados y manipulados por el PP, la aplicación de la Ley Mordaza y el control del poder judicial a través de jueces más que amigos, el PP intenta garantizarse la permanencia en el poder durante décadas, y, la total impunidad en los casos de corrupción que llegan a los tribunales. Para ello se preocupó de controlar todos los órganos judiciales: al frente del Tribunal Constitucional colocó al magistrado Francisco Pérez de los Cobos, militante del PP, como cabeza del Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder judicial impuso a Carlos Lesmes, juez de trayectoria ultraconservadora, y en recientes fechas logró colocar al frente de la Audiencia de Valencia, que será la encargada de juzgar la rama valenciana de la trama Gürtel, a Fernando Rosa, exconseller de Camps e, igualmente ultraconservador. A los nombramientos de magistrados de derechas al frente de órganos decisorios de la judicatura hay que sumar la eliminación de jueces incómodos, que, al igual que a los periodistas, expulsan de su profesión para garantizarse la impunidad y buenos resultados electorales. 

El juez Garzón, Elpidio José Silva son paradigma de esas prácticas de reino bananero en el que estamos inmersos, ante la pasividad de los partidos políticos con representación parlamentaria, como el mayoritario de oposición, el PSOE, que no se mueve a la hora de señalar el déficit democrático que sufrimos, sacando a la gente a la calle e informándola de cuanto sucede porque alega ‘su sentido de Estado’, que no es más que su afán de permanencia en un poder prostituido y falsamente democrático. 

Así las cosas, los demócratas tendremos que practicar el boca a boca –en voz baja- para suplir los tremendos déficits democráticos que se sufren en este reino bananero de la manipulación informativa y la impunidad. 

 Este cartel lo colgaba únicamente en mi blog. Este blog seguirá publicando, obviamente, más esta bloguera se quedará sin voz ante la imposiblidad de hacer frente a un recibo de Movistar, dada mi situación de parada con una exigua paga de 426 euros al mes con la que debo hacer frente al pago del alquiler y la luz...y comer algo...

viernes, 27 de marzo de 2015

El cese de Jesús Cintora y la mordaza nacional.



Las redes echan humo con el cese de Jesús Cintora, el conductor de Las mañanas de Cuatro, una tertulia televisiva en la que se oían las voces de Podemos, de Sor Lucia Caram o de Miguel Ángel Revilla, personajes sin pelos en la lengua que llamaban a las cosas por su nombre, aunque también hubiese tertulianos favorables al PP y al establishment. Mas el poder no quiere pluralismo ni equilibrios. El PP, que se enfrenta a unas campañas electorales muy duras, en las que sabe que sale como caballo perdedor, no está dispuesto a dejar que haya medios que puedan contar la realidad del país.

Quieren propaganda y no información, y así lo están imponiendo. En El País la purga se inició hace muchos meses. De la última se sabía ayer mismo: a Carlos Cué, responsable de la información del PP, e incómodo periodista preguntón en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros, le envían a Argentina para poner en su puesto a alguien complaciente y que agrade a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, amiga de Cebrián y disponedora en El País desde que consiguió que la banca no apretase al moroso diario de Prisa.

A las tertulias de la mañana de La Sexta, ‘Al rojo vivo’, dirigidas y presentadas por Antonio García Ferreras, posiblemente le quede poco tiempo, a pesar de que hace ya meses que los tertulianos que acuden son en su mayoría de derechas, o en todo caso nada problemáticos para el establishment. Hace meses que decidieron que Pablo Iglesias no sería invitado a ese programa, y las intervenciones de militantes de ese partido son cada día más escasas, para, sin duda, complacer al PP, representado en esas tertulias por el impresentable Francisco Marhuenda, y una serie de colaboradores que, disfrazados de progresistas, en realidad representan al liberalismo económico, como el economista Carlos Díez, al que basta oírle con atención para ver qué intereses defiende. Díez, un mediocre economista, autor de un librito sobre la crisis, se permitió decir en esa tertulia que al profesor Vicenç Navarro, uno de los autores del estudio económico de Podemos, base de su programa económico junto con Juan Torres López, no le conocía nadie, pese al prestigio internacional del profesor Navarro. A partir de entonces, fueron muchos idiotas los que repitieron la malintencionada mentira de Díez, que ni se molestaron en acudir a la Wikipedia, en la que hubiesen conocido la importancia internacional del economista catalán.

Otro programa de información política, El Objetivo, dirigido por Ana Pastor, parece no estar en riesgo. La mujer de Ferreras se ganó la seguridad mediática con su entrevista a Pablo Iglesias, al que trató como jamás hubiera osado hacerlo con un político del PP, del PSOE o con el mismísimo Mahmud Ahmadineyad, al que entrevistó cuando trabajaba para TVE, y al que trató con mucha más cortesía que la que empleó para entrevistar al líder de Podemos, en la que demostró que claramente ‘iba a por él’
Sin estridencias, y sin previo aviso, La Sexta anuncia un programa del cocinero Pedro Chicote en substitución de los de Jordi Évole. Es muy posible que El Intermedio del Gran Wyoming sufra parecido destino. El PP está decidido a que todas las cadenas televisivas sean un calco de la infumable TVE, convertida en un trasunto de Tele Madrid, Castilla-La Mancha TV o la extinta Canal9, conocida en el País Valencià como “Canal NO-DO” por su descarada propaganda del PPCV.
El problema de Cintora no ha sido únicamente el PP, dicen que Paolo Vasile, mandamás de Mediasset había advertido a Jesús Cintora que no debía ‘involucrarse en la información’. Además, la cadena propiedad de Berlusconi había recibido llamadas de atención del Gobierno y del PP porque en Las Mañanas de Cuatro su director mostraba posturas “cercanas a Podemos”. Y, obviamente, un periodista debe mostrar descaradamente posturas cercanas al PP y ese profesional tendrá su puesto de trabajo asegurado, pero si muestra simpatía por Podemos su futuro será el cese, como ha sucedido hoy con Cintora.
El cese del director de Las mañanas de Cuatro es una anécdota más de la mordaza periodística que lleva el PP imponiendo desde que llegó al poder. Un partido que no es democrático no puede tolerar la libre expresión, ni que los medios den información positiva de otras formaciones que no sean la suya. Las redes reaccionan al cese de Cintora escandalizadas, y la gente se echa las manos a la cabeza, sin saber que esas prácticas llevan años llevándolas a cabo en las autonomías donde gobiernan.
Lo hizo Cospedal en Castilla-La Mancha en cuanto ganó las elecciones, y lo lleva haciendo años en el País Valenciá, no solo en la televisión pública sino en los periódicos escritos. Esta bloguera es una víctima de esa situación desde 2009. Despedida y vetada, nunca más pude trabajar. Mas como no salía en televisión, sino que escribía en un periódico, mi caso no se conoce más allá de lo que puedan contar los amigos, ni recibí nunca la solidaridad de las redes sociales. Como tampoco la recibieron José Soto u Oscar Albaladejo Claramunt, periodistas, como otros varios, represaliados por el ‘régimen’ valenciano, cuya historia, la mía y la de ellos, no es conocida como la de Cintora, aunque sea exactamente igual.
Del mismo modo que el Gobierno pone la mordaza a la ciudadanía a través de una ignominiosa ley de orden público como la aprobada ayer, que vulnera derechos constitucionales, el Ejecutivo impone la mordaza a los profesionales de la información que pretendemos cumplir con la obligación de informar porque únicamente desean pregoneros de sus falsos logros.
Se acercan las elecciones y el PP impone, con impunidad, la mordaza a los medios de comunicación, a los periodistas que no babosean con ellos y están en la tarea de impedírnoslo también a los blogueros. Ya lo están haciendo con publicaciones digitales, no hay nada más que ver cómo, por ejemplo, eldiario.es dio hace meses un giro, y pasó a ignorar o criticar acerbamente a Podemos, como viene haciendo otro digital, este al servicio del PSOE, El Plural.es.
Y es que para el PP, y el sistema, el enemigo a abatir no es el PSOE, que es la otra cara del PP para el establishment, que no pondrá en riesgo los privilegios de los bancos,  las grandes empresas, la secta católica o los millonarios de las Sicav. Tampoco lo es Ciudadanos, que es la marca blanca del PP. El enemigo es el pueblo, ese pueblo que carga ya con cerca de trece mil muertes por la crisis, entre suicidios, fallecimientos por pobreza energética o muertos de hepatitis C por falta de medicación. A esa gente hay que impedir que llegue la realidad de lo que sucede y que existe un partido, como Podemos, que puede cambiar un régimen de injusticias y abusos.
Por eso el PP ha impuesto el cese de Cintora o de Carlos Cué, o de cualquier periodista, entre los que me encuentro, incómodo para él, que pueda abrir los ojos a los ciudadanos -que quiere súbditos desinformados-, y explicar cuanto pasa.



jueves, 26 de marzo de 2015

Lo que no nos cuentan los medios obsesionados con el accidente del avión de Germanwings.

Tres días llevan los medios informando, única y exclusivamente, de la tragedia del avión de Germanwings que se estrelló en los Alpes franceses. O que estrelló intencionadamente su copiloto, según las últimas informaciones. Las especulaciones sobre la causa del accidente se repiten a cada minuto, la última que el copiloto estrelló el avión intencionadamente. Una información que, exprimiéndola mucho, daría para cinco minutos de informativo televisivo y para media página de periódico de papel. Sin embargo, tertulias e informativos exprimen, en ocasiones con comentarios de inadmisible morbo, todo lo relacionado con la tragedia, dando de lado noticias que tendrían que proporcionar a los espectadores y lectores si la prensa cumpliese con la inexcusable obligación de informar verazmente a la ciudadanía de cuanto ocurre en el país.
 
El trágico accidente aéreo ha permitido, entre otras cosas, que la prensa no haya dado cuenta de la aprobación definitiva, con el rodillo de la mayoría absoluta del PP, de la ignominiosa Ley Mordaza que retrotrae las libertades formales a tiempos de la dictadura. A partir de hoy manifestarse en contra del poder, o expresar libremente opiniones en Internet constituirá un riesgo para los ciudadanos. Periodistas y blogueros tendrán que volver a escribir entre líneas, como durante la dictadura del genocida Franco, si no quiere arriesgare a vérselas con un poder que no admite críticas,y que considera ilegales,al estimar que algunas ideas ofenden a la patria o las intocables autoridades del Estado. La prensa ya no podrá grabar ni fotografiar los abusos policiales en las manifestaciones, menos aún cualquier bloguero que desee informar de ello en la red, tampoco podrán los medios dar cuenta de las investigaciones de casos de corrupción, ni expresar ideas que puedan ofender a determinadas mentes sensibles, siempre, obviamente de la derecha. Tampoco se podrá intentar impedir desahucios, manifestarse libremente o discutir con la policía que, a partir de la aprobación de la ley mordaza se convertirán en juez y parte de cualquier conflicto ciudadano. 

Que el partido en el Gobierno haya aprobado esa ley con toda la oposición política en contra y no solo, porque igualmente jueces, fiscales, movimientos sociales y no pocos intelectuales se hayan mostrado en contra de una ley fascista, no fue hoy causa de análisis en tertulias ni noticia en presa escrita o informativos televisivos, muy ocupados en contarnos el tamaño de los restos del avión siniestrado, o incluso, dando detalles de mal gusto cómo del estado de los cadáveres de las víctimas del accidente. 

Tampoco se debatió, ni informó, de que esa ley, de corte reaccionario y dictatorial, autoriza las devoluciones de inmigrantes ‘en caliente’ que vulnera los Derechos Humanos y los tratados internacionales, como avisó reiteradamente el Comisario de Derechos Humanos de la UE, Nils Muiznieks que advirtió de que, de aprobarse, España se arriesgaría a sanciones económicas que, por supuesto, no pagarán aquellos que vulneran las leyes internacionales, sino los españolitos de a pie con sus impuestos. 

Los medios están muy ocupados especulando con las causas del accidente, entre otras cosas, porque los más reaccionarios, como teleraxoi, la otrora RTVE, cuyos tertulianos dedican horas de especulaciones buscando colgar la autoría al terrorismo internacional, no sea que a alguien se le ocurra poner en tela de juicio la honestidad de las compañías aéreas alemanas, que pudieran haber antepuesto la avaricia a la seguridad de los viajeros. 

Al PP, además, le ha venido muy bien que los medios dediquen prácticamente la totalidad de la información al trágico accidente para evitar que se informe de las reacciones de parte de sus dirigentes al varapalo electoral andaluz, del que culpan, buena parte de ellos, al propio Raxoi, al que reprochan tener ‘el temperamento de una almeja’ y no ser capaz de reaccionar ante las dificultades, dejando al albur del destino los resultados electorales de las municipales y autonómicas, que tiene a los barones territoriales de los nervios, ante la perspectiva de perder un poder que les proporcionó prebendas y beneficios durante lustros. 

Las peleas internas del PP tras los comicios andaluces, que han movido a algunos barones a intentar mover la silla de Raxoi ayudados por dirigentes de las empresas del IBEX, como parecen estar haciendo los liberales, tendría que ser objeto de análisis informativo y noticias, en lugar dedicar horas de información y ríos de tinta virtual y real, a desgranar detalles sobres los familiares de las víctimas del accidente del avión de Germanwings que deberían quedar en la más absoluta privacidad. 

Porque, por mucho que los medios ‘oficiales’ hayan intentado ocultarlo, los digitales comenzaron el lunes a dar información sobre la tormenta interna en el seno del PP que llevó a los barones de ese partido a no presentarse a la reunión del Comité Ejecutivo nacional o reconocer, como hizo el ministro de AAEE, García Margallo, que los resultados electorales del PP en Andalucía fueron ‘infinitamente peor de lo esperado’. Criticaron algunos dirigentes del PP que el hecho de centrar las campañas electorales en los logros económicos de Raxoi, que no percibe la población, porque estos tan solo benefician a las grandes fortunas, no funcionarán de cara a las elecciones municipales y autonómicas. 

En un país con periodistas que cumpliesen con su obligación de informar verazmente, informativos y tertulias dedicarían el tiempo a analizar no solo las guerras internas del PP, sino a explicar, claramente, por qué el PP sufrió un varapalo de importancia en Andalucía que no es sino el prolegómeno de lo que posiblemente sucederá en las elecciones municipales de mayo, y en las generales de noviembre o diciembre si es que Raxoi no osa retrasarlas, contraviniendo los usos democráticos. 

Alguien debiera explicar a los ciudadanos que tienen un presidente ciego e insensible, que ignora las necesidades del pueblo, que desde que llegó al poder no hizo otra cosa que favorecer a las empresas que premian las concesiones de contratos y leyes favorables con ingentes cantidades de dinero que reparten en su partido en sobresueldos, sedes y campañas electorales tramposas, todo con dinero negro. Los profesionales del periodismo tendrían que cumplir con su responsabilidad de explicar a la ciudadanía cuánto robó, a través de mordidas y otros actos de corrupción, un partido que utiliza las arcas públicas como si fuesen la herencia de su abuelo. 

En lugar de eso, llevan tres días ignorando la realidad y los problemas del país, escondiéndose detrás de un desdichado accidente aéreo, en especulaciones sobre sus causas, y, lo que es peor, vulnerando el dolor de los familiares de las víctimas. 

Cualquier cosa sirve a un concepto servil del periodismo, indigno y cobarde, para complacer al poder y engañar a los ciudadanos.