sábado, 7 de marzo de 2015

Grecia: una esperanza que hay que apoyar con la movilización desde abajo y desde la izquierda



Grecia: una esperanza que hay que apoyar con la movilización desde abajo y desde la izquierda
Por: Pepe Mejía, Círculo PODEMOS CARABANCHEL-LATINA de Madrid

La victoria de Syriza en Grecia ha desatado todas las alarmas, y no solamente las alarmas, sino presiones, chantajes y malas artes del capital financiero internacional de la mano de los conservadores europeos y la complicidad de la socialdemocracia. Pero detrás del gobierno griego hay todo un pueblo que apoya sus medidas y la forma de negociar. Empieza a articularse una amplia red de solidaridad internacional con la movilización como eje central.


"En Grecia vivimos un momento histórico", nos decía Katerina Sergidou, secretaria del comité coordinador de Syriza, en su reciente visita a Madrid. "La gente se siente protagonista por primera vez y participa activamente. Hace unos días, en unos grandes almacenes, un jefe dijo a sus empleados que en sus nóminas pondría que cobrarían el nuevo salario mínimo acordado por el Gobierno, pero que en realidad seguirían recibiendo lo mismo que antes. Entonces los trabajadores llamaron a la inspección, se sentían más fuertes para hacerlo. Pero este ejemplo también demuestra que los jefes, los ricos, se resisten. No será fácil aplicar las medidas, porque una cosa es votar una ley y otra obligar a que se cumpla. Por eso necesitamos un movimiento fuerte en los lugares de trabajo y en las calles". Las declaraciones de Katerina resume una parte de la realidad griega que afecta a toda Europa y al conjunto de los movimientos populares de resistencia y enfrentamiento al capital.

No quieren que exista en el centro de Europa el ejemplo de un país pequeño que dice “la deuda no es nuestra y no vamos a pagarla”. El discurso que culpabiliza a Grecia es mentiroso. Puesto que lo que está en juego no es en realidad el pago de la deuda, si no la continuación de las políticas de ajuste estructural, las privatizaciones, la precarización de los contratos de trabajo. La deuda es un medio de chantaje para que se apliquen las brutales reformas neoliberales. Syriza sube al poder justamente para cambiar las reglas de juego. Para poder empezar a recuperar el país es necesario un nuevo acuerdo con los acreedores. 

Pero el combate contra el gran capital no ha hecho más que empezar. Alexis Tsipras, el primer ministro griego, nos dijo: "Su plan era, y es, desgastarnos, derribar nuestro Gobierno y llevarlo a una rendición incondicional antes de que nuestro trabajo comenzara a dar su fruto y antes de que el ejemplo de Grecia afectara a otros países, principalmente antes de las elecciones en España". Una de las primeras medidas que ha adoptado el ejecutivo griego es la que fija el salario mínimo interprofesional. La segunda, que la gente tenga acceso a la Sanidad gratuita y que no tenga que pagar cinco euros por sus exámenes médicos. También la nacionalización de los emigrantes, jóvenes que han nacido y se han criado en Grecia, para que tengan derechos.

El Gobierno -después de 40 años, desde la caída de la dictadura, no ha habido en Grecia un Gobierno de izquierdas- ha  llegado a un acuerdo  con el Eurogrupo, BCE y el FMI que aplaza de momento la decisión definitiva  hasta  dentro de cuatro meses. Cuando Tsipras declaró que las fuerzas conservadoras no habían logrado lo que querían, desestabilizar Grecia, lanzarla al corralito y a la abdicación completa o a la salida del euro (postura de  los populares europeos), estuvo bastante fundamentado. Algunas de las medidas acordadas son un avance.

UNA ACUERDO PARA AVANZAR
La troika pedía otros 160.000 despidos más  en la administración , empezando  otra vez por personal sanitario y educativo. Syriza ha conseguido que no se exijan más despidos. La troika había pedido un nuevo descenso del 10% de las pensiones (que sumadas a los anteriores recortes en algún caso llegaría en total al  60%). El nuevo acuerdo no obliga la rebaja de pensiones. La troika pedía bajadas de salarios y reducción de las  “ayudas  sociales”, reducidas ya a casi nada. De momento se ha paralizado las bajadas de salarios y la reducción de ayudas sociales. El compromiso griego es no superar el déficit propuesto, pero se deja abierto que se pueda rebajar en algunas partidas presupuestarias, para reforzar aquellas que considere en gasto social u otras. Entre las medidas está el reducir el gasto de la administración, reduciendo el número de ministerios, el número de “consejeros especiales”  en el gobierno general.  Los beneficios complementarios de ministros, miembros del parlamento, altos funcionarios, etc (coches, gastos de viaje, concesiones). 

En el documento, el gobierno se compromete a la revisión  de gastos en cada área, como educación, defensa, transporte, administración municipal, ventajas sociales. Grecia, en plena crisis, ha sido la segunda importadora de armas alemanas.
Estas son algunas de las medidas que el gobierno griego ha arrancado en sus iniciales negociaciones con el gran capital. Y lo hace con el apoyo mayoritario de su población. Una encuesta de opinión realizada entre el 12 y 17 de febrero muestra que el 80% de los griegos aprueba la forma en que el gobierno griego está negociando con la UE, el FMI y el BCE. 
En Grecia no hay una revolución de izquierdas hay un partido de izquierdas que intenta hacer lo que puede. 

IMPULSAR LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Ahora lo que se trata es de impulsar un amplio movimiento internacionalista de solidaridad y apoyo al pueblo griego. Katerina Sergidou, que estuvo en España para apoyar el lanzamiento del manifiesto "Por el cambio en Grecia" nos dijo: "Un apoyo a Grecia y sus reivindicaciones para que no puedan ser chantajeados por la troika ni por Merkel. Nuestros verdaderos aliados son los pueblos del sur, no los Gobiernos". Los primeros pasos para tejer esa amplia red internacional de apoyo y solidaridad con el pueblo griego, en este momento histórico crucial, ya se están dando.

El domingo 15 de febrero se convocaron en numerosas capitales y ciudades europeas concentraciones en solidaridad con el pueblo griego. Miles de ciudadanos, secundados por distintas organizaciones políticas y movimientos sociales, salieron a la calle en Bruselas, Amsterdam, París, Roma y Copenhague, entre otras, para defender la democracia y mostrar su apoyo al recién elegido gobierno griego frente a los chantajes de la Troika y las instituciones financieras.

También en Madrid se concentraron algunas docenas de ciudadanos con este mismo propósito frente a la Delegación de la Comisión Europea.
Existe la necesidad de contar con movimientos sociales fuertes y organizados para apoyar e impulsar los cambios que se van a producir. Y cuando menciono cambios, no me refiero sólo a Grecia, sino a España en el corto plazo, y otros países como Portugal e Italia. 

En Grecia ya se están conformando comités populares para apoyar al gobierno y estimular la participación de la ciudadanía, pero la victoria sólo será posible si todos los pueblos del sur de Europa nos comprometemos en esta lucha.

Hay que tener muy en cuenta la política de los conservadores europeos que han trabajado a fondo para minar el acuerdo con el Eurogrupo y evitar así que España imite a Grecia.

En España la esperanza y la ilusión está puesto en Podemos. El proceso interno de elección de cargos se cerró con un multitudinario mitin de más de 100 mil personas en la Puerta del Sol. Ahora todos los esfuerzos se centran en las próximas elecciones en Andalucía, en donde nuestra candidata, Teresa Rodríguez, se presenta para ganar la Presidencia de esa Comunidad clave en el tablero político. 

España y Grecia. Podemos y Syriza. En los actos electorales en Grecia la gente gritaba "Syriza y Podemos, ¡venceremos!". Los dos ejemplos más importantes en Europa ahora mismo de la izquierda y de los movimientos radicales.

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