Está aterrorizada, la casta está amedrentada ante la
posibilidad de que se les escape el chollo de las manos. Treinta y ocho años
disponiendo de lo público a su antojo, manipulando a la opinión pública,
abusando de la ciudadanía se tambalean ante el empuje de un partido político
joven y que está despertando el entusiasmo en una población cansada de
corrupción, de abusos y latrocinios. Y su reacción es la de todo animal
acorralado. La de un peligroso alacrán que expele su veneno sin contención ante
el peligro de perder sus privilegios y su impunidad.
Desde que Podemos se constituyó en partido político, apenas
hace dos semanas, los medios, incluida la hasta hace pocas semanas imparcial La
Sexta, se lanzaron contra los más conocidos representantes de Podemos: Pablo
Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero... La bochornosa entrevista
realizada por Ana Pastor en El Objetivo, o el programa de La Sextanoche del
sábado, que se convirtió en un aquelarre contra Podemos, la cadena de
Atresmedia se sumó a la descalificación de Podemos, contando con un chafardero
economista de la casta que, como mejor argumento utilizó el bajuno razonamiento
de que a los economistas encargados del programa económico de esa formación, Vicenç
Navarro y Juan Torres, 'no acuden a los foros económicos que yo frecuento, no
los conoce nadie'.
Sin embargo, Navarro fue asesor de la Organización de las
Naciones Unidas, de la Organización Mundial de la Salud, del gobierno de
Salvador Allende, del socialdemócrata sueco, de varios gobiernos
estadounidenses -entre ellos el de Bill Clinton- y del Congreso de Estados
Unidos. En 1992, Hillary Rodham Clinton, responsable del grupo de trabajo encargado
de realizar la reforma sanitaria, le invitó a integrarse, trabajando en la Casa
Blanca durante 1993. En España fue Catedrático de Economía Aplicada en la
Universidad de Barcelona y en la actualidad es catedrático de Ciencias
Políticas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona), profesor de
Políticas Públicas, en la Johns Hopkins University de Washington, donde dirige el Programa de
Políticas Públicas y Sociales y, además, dirige el Observatorio Social de
España, una red de académicos e investigadores de varias universidades,
expertos en el estudio de diversas áreas del Estado del Bienestar y es rector
emérito de la Universitat Progressista d'Estiu de Catalunya. Según el Lauder
Institute, es uno de los científicos sociales españoles más citados del mundo.
Mas nada de eso es válido para un casi anónimo profesor del Icade, que ni
siquiera es mencionado en la Wiquipedia, tan solo le conocen los espectadores
de La Sexta.
Por su parte, Juan Torres, al que el mediático y gris Diez
califica como ‘desconocido’, es catedrático de Economía aplicada en la
Universidad de Sevilla donde participa en el Grupo de Investigación Teoría
Económica y Economía Política, miembro del Consejo Científico de Attac España,y
autor de cerca de una treintena de
libros sobre economía y centenares de artículos algunos de ellos publicados en
la web Ganas de Escribir, así como en la dedicada a información
económica altereconomia.org, de la que es coordinador. Crítico con las
políticas de austeridad de la UE, el diario El País, siempre al servicio de los
amos del dinero, censuró uno de sus artículos, titulado ‘Alemania contra
Europa’, en el que expresaba algo que muchos ciudadanos españoles, griegos,
italianos, portugueses o irlandeses comparten: "Merkel, como Hitler, ha
declarado la guerra al resto del continente, ahora para garantizarse su espacio
vital económico".
Diez argumentó, en el mencionado programa de la cadena de
Lara, después de insistir en que Podemos carece de programa –latiguillo que
repiten tertulianos de todo pelaje, economistas de segunda fila y periodistas
servidores de la casta, como si no gobernase un partido que llegó al poder
escondiéndolo-, que una de sus propuestas, la de la renta básica para
proporcionar a los parados dignidad y capacidad de negociar salarios justos ante
los feudales empresarios, sería imposible de afrontar. Es un mantra que repiten
hasta la saciedad todos los integrantes de la casta: la prensa, los partidos
políticos desde la más reaccionaria derecha hasta los supuestos
socialdemócratas del PSOE, muchas veces caricaturizando la medida al decir que
esa subvención la quiere Podemos hacer universal, y calculando los seiscientos
euros en los que cuantifica el partido de Pablo Iglesias la ayuda, como si se
le fuese a entregar a todos los censados en este país, alrededor de cuarenta y
seis millones. Otros tienen algo más de dignidad y aceptan que esa subvención
solo alcanzaría a los cinco millones y pico de parados. E insisten en la
imposibilidad de sufragarla con el dinero de las arcas públicas.
Nadie se ha molestado en pensar que esos 3.300 millones que
supondrían los 600 euros destinados a cinco millones y medio de personas serían
muy fáciles de recaudar con tan solo eliminar la subvención a la secta
católica, 169.000 millones anuales, los 22.000 de las Diputaciones Provinciales,
y al tiempo se recuperasen los 42.000 millones que defraudan las grandes
empresas y fortunas, por ejemplo durante 2013. Si se sumasen a esa cantidad la
supresión de los elevados gastos del Ministerio de Defensa y el sueldo de los
cientos de miles de asesores a cargo de las arcas públicas, dedicados a pasar
la mano por el lomo a sus señoritos políticos, se podría contar con los fondos
suficientes para abonar esa subvención. No hace falta ser un avezado economista
para hacer esas fáciles cuentas de la vieja. Mas la seriedad y la realidad no
casan bien con la persecución obsesiva contra Podemos que practican por igual
medios de comunicación e integrantes de partidos políticos, ya sean dirigentes
o militantes de base. Resulta especialmente
patético oír a los socialistas, o ver la actitud de militantes de base
de esa formación, que propagan machaconamente, las redes sociales, las falacias
de la caverna mediática, uniéndose a la ultraderecha con tal de descalificar a
Podemos.
La campaña emprendida contra Íñigo Errejón por sus trabajos en
la Universidad de Granada, ha sido solo el pistoletazo de salida de la
difamación, la descalificación y las insidias que, a partir de ahora, veremos
contra Podemos con insistencia diaria. Desde los medios que recogen la
inquietud o preocupación de los empresarios, como hacía el domingo El País –y
que impelen a recordar las palabras de Andreita Fabra ante los recortes
impuestos a los trabajadores por el Gobierno de Raxoi-, a los twist de
deportistas ágrafos, como el futbolista español del Tottenham Hotspur, Roberto Soldado, que expresó, con el rico lenguaje
que suelen emplear quienes utilizan la cabeza para golpear con ella, la
siguiente frase: “¿De verdad que tenemos seguir escuchando a Pablo Iglesias y
su cuadrilla? ¿Alguien confía en ellos? Ya tenemos bastante con lo que
tenemos". Y es que todos aquellos que, de una manera u otra, llevan años
beneficiándose de un sistema injusto, depredador con los débiles y ladrón,
clamarán e inventarán falacias contra Podemos.
Va a ser una lucha desigual y
cansina.
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