Después de varios días de retraso, y a pesar de
que los resultados circulaban desde hacía días por los mentideros madrileños,
por la prensa y las redes sociales, el CIS –Centro de Investigaciones
Sociológicas, instituto sociológico dependiente de Presidencia del Gobierno- tuvo
a bien dar a conocer la encuesta del mes de octubre que debería haberse hecho
pública el pasado lunes. Debía tener miedo el CIS, o el Gobierno, de que se
conociese una encuesta que, en intención directa de voto da como ganador a
Podemos, una formación que ni existía hace un año y a la que se pronosticó,
tras las elecciones europeas, que se diluiría en el olvido y que ahora revela
como el partido más votado en intención de voto directo, como el ganador de
unas elecciones en las que el segundo puesto lo ocuparía el PSOE y el PP se
derrumba de manera absoluta.
Mas lo que se llama ‘la cocina’, la manipulación
de lo que dicen los ciudadanos que piensan votar –intención de voto directa- se tergiversa por los encargados de hacer las encuestas manipulando los datos, al
sumar la simpatía por las formaciones que demuestran los encuestados, el
cálculo de los ‘cocineros’ sobre cuantos de quienes dicen que votarán se
abstendrán, la intención de voto probable que asignan por qué sí los que
realizan la encuesta, y el recuerdo de voto de pasados comicios, de modo que
siempre dan como ganador, al hacer uso de esa variable, al partido que
gobierna.
Y aunque algunos niegan la seriedad de la
intención de voto directa esta parece ser la más fiable pues representa las
respuestas reales de los encuestados, y esa es la que tendría que valer.
Sin
embargo, tras el uso de la cocina, el resultado que da la encuesta del CIS es
que las elecciones las ganaría de nuevo el PP con 27.5% -11.7 en intención de
voto directo-, seguido del PSOE con 23.9% -14.3 directo-y en tercer lugar
Podemos, con un 22.5%, cuando la intención de voto le sitúa en el primer puesto
con 17.6% de voto directo.
Tiene otras peculiaridades la encuesta del CIS, y
es que, a pesar del tirón del líder de Podemos, Pablo Iglesias, este no aparece
a la hora de valorar a los políticos, que suspenden todos, aunque Pedro Sánchez,
del PSOE, sale mucho mejor parado que Raxoi, quien con cocina y todo, se queda con
uno de esos humillantes suspensos que no permiten justificaciones de cercanía
al aprobado, porque apenas alcanza el 2.31, superado por Pedro Sánchez que
obtiene 3.85 puntos, siendo así el político más valorado de una encuesta que ha
eliminado a Pablo Iglesias con el pretexto de que no está en el parlamento.
Lo que deja claro la encuesta del CIS es que el
bipartidismo que ha sostenido un régimen de corrupciones y compadreos se rompe
definitivamente. Y como ninguno de los partidos alcanzaría la mayoría absoluta
para gobernar, según la intención directa de voto, los líderes de Podemos
tendrán que plantearse gobernar en coalición con el PSOE e IU. Y el PSOE asumir
que, o apoya a Podemos o, si por el contrario opta por la decisión de
coaligarse con el PP, aparte de generar un inmenso cabreo entre una ciudadanía
que se reconoce mayoritariamente de izquierdas, firmará su acta de defunción,
porque sus electores jamás le perdonarían que apoyase al partido de la
corrupción, la represión, y los recortes.
Las lecturas a la encuesta del CIS están siendo muy
variadas, aunque la más esperpéntica de todas fue la de ese talibán de las
televisiones cavernarias, Herman Tertsch, que afirmó, sin sonrojarse, que
Podemos representa ‘la avanzada del chavismo para ocupar Europa’
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