miércoles, 5 de noviembre de 2014

El CIS, Podemos y la cocina de las encuestas.



Después de varios días de retraso, y a pesar de que los resultados circulaban desde hacía días por los mentideros madrileños, por la prensa y las redes sociales, el CIS –Centro de Investigaciones Sociológicas, instituto sociológico dependiente de Presidencia del Gobierno- tuvo a bien dar a conocer la encuesta del mes de octubre que debería haberse hecho pública el pasado lunes. Debía tener miedo el CIS, o el Gobierno, de que se conociese una encuesta que, en intención directa de voto da como ganador a Podemos, una formación que ni existía hace un año y a la que se pronosticó, tras las elecciones europeas, que se diluiría en el olvido y que ahora revela como el partido más votado en intención de voto directo, como el ganador de unas elecciones en las que el segundo puesto lo ocuparía el PSOE y el PP se derrumba de manera absoluta. 

Mas lo que se llama ‘la cocina’, la manipulación de lo que dicen los ciudadanos que piensan votar –intención de voto directa- se tergiversa por los encargados de hacer las encuestas manipulando los datos, al sumar la simpatía por las formaciones que demuestran los encuestados, el cálculo de los ‘cocineros’ sobre cuantos de quienes dicen que votarán se abstendrán, la intención de voto probable que asignan por qué sí los que realizan la encuesta, y el recuerdo de voto de pasados comicios, de modo que siempre dan como ganador, al hacer uso de esa variable, al partido que gobierna.

Y aunque algunos niegan la seriedad de la intención de voto directa esta parece ser la más fiable pues representa las respuestas reales de los encuestados, y esa es la que tendría que valer. 

Sin embargo, tras el uso de la cocina, el resultado que da la encuesta del CIS es que las elecciones las ganaría de nuevo el PP con 27.5% -11.7 en intención de voto directo-, seguido del PSOE con 23.9% -14.3 directo-y en tercer lugar Podemos, con un 22.5%, cuando la intención de voto le sitúa en el primer puesto con 17.6% de voto directo. 

Tiene otras peculiaridades la encuesta del CIS, y es que, a pesar del tirón del líder de Podemos, Pablo Iglesias, este no aparece a la hora de valorar a los políticos, que suspenden todos, aunque Pedro Sánchez, del PSOE, sale mucho mejor parado que Raxoi, quien con cocina y todo, se queda con uno de esos humillantes suspensos que no permiten justificaciones de cercanía al aprobado, porque apenas alcanza el 2.31, superado por Pedro Sánchez que obtiene 3.85 puntos, siendo así el político más valorado de una encuesta que ha eliminado a Pablo Iglesias con el pretexto de que no está en el parlamento.  

Lo que deja claro la encuesta del CIS es que el bipartidismo que ha sostenido un régimen de corrupciones y compadreos se rompe definitivamente. Y como ninguno de los partidos alcanzaría la mayoría absoluta para gobernar, según la intención directa de voto, los líderes de Podemos tendrán que plantearse gobernar en coalición con el PSOE e IU. Y el PSOE asumir que, o apoya a Podemos o, si por el contrario opta por la decisión de coaligarse con el PP, aparte de generar un inmenso cabreo entre una ciudadanía que se reconoce mayoritariamente de izquierdas, firmará su acta de defunción, porque sus electores jamás le perdonarían que apoyase al partido de la corrupción, la represión, y los recortes. 

Las lecturas a la encuesta del CIS están siendo muy variadas, aunque la más esperpéntica de todas fue la de ese talibán de las televisiones cavernarias, Herman Tertsch, que afirmó, sin sonrojarse, que Podemos representa ‘la avanzada del chavismo para ocupar Europa’ 

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