viernes, 25 de julio de 2014
Para ligar, Elorza, hay que poner la palabra al servicio de la razón y la buena fe.
Aunque no la hayan visto, imaginan el desenlace: lo que se había mostrado como inocente experimento escolar sin mayor trascendencia va derivando en una situación en la que el profesor pierde el control del asunto, que deviene precisamente en algo muy similar a lo que había querido que los chicos entendieran y detestaran. Al margen de la lección que pretende dar su director, Dennis Gansel, del atractivo de las aulas en el cine, del enorme éxito de la película, en especial, en su país natal, personalmente, me dio pie para repasar otras lecciones aprendidas sobre la marcha durante los últimos lustros, sin ir más lejos, la de la madurez a la altura de la del lenguado de ciertos profesores, la personalidad conflictiva de otros, el desparpajo con el que lidian niños unos u otros, sin duda, el producto inevitable de haber tenido que hacer maestros y profesores como churros en función de la justa democratización de las aulas, y aquella otra sobre las obsesiones y los fantasmas de los alemanes desde que empezaron a atreverse a encararlos y a hablar abiertamente, más o menos abiertamente, de ellos. Y sobre USA y los conejillos de Indias, de paso, cómo no.
miércoles, 23 de julio de 2014
El PP habla cada día de Podemos para distraer de sus abusos y miserias.
‘Telepredicador’, ‘populista’, ‘peligro para la
democracia’… son algunos de los epítetos que los dirigentes del PP vienen
dirigiendo al líder de Podemos, Pablo Iglesias, y en general a toda la
formación. No hay día que la caverna mediática o Esperanza Aguirre, Carlos Floriano,
Esteban González Pons o cualesquiera otros dirigentes del PP dejen caer algunas
palabras, siempre ofensivas, contra Podemos y sus votantes. Pareciera que el PP
estuviese obsesionado con Pablo Iglesias, Carlos Monedero o Íñigo Errejón, como
si estos fuesen enemigos públicos en lugar de políticos de una formación con
los mismos derechos que el resto de las existentes en el país.
El PP ha cambiado su obsesión descalificadora
contra el PSOE –cuando Zapatero era el responsable de todos los males
existentes en el mundo- por su rabia contra Podemos. Es evidente que la
formación que lidera Pablo Iglesias es la antítesis del PP. Se trata de políticos
vírgenes, sin condicionantes ni supeditaciones a los bancos, sin deseos de
formar parte de los Consejos de Administración de las empresas energéticas, sin
el afán, tan frecuente en los políticos de de este país, de llegar a al
poltrona para forrarse. Han renunciado a parte de sus sueldos en el Parlamento Europeo
para ayudar a la gente, y plantean unas medidas que, de llegar al Gobierno,
librarán a este país de la supeditación a los bancos, a las empresas
energéticas y la brecha social, todo dentro de la Constitución que tanto invoca
el PP y tan poco cumple.
La gente confía en Podemos y las encuestas de
intención de voto reflejan la espectacular subida de la formación más allá de
lo que en un principio algunos pensaron un espejismo en las europeas. Todo eso
tiene muy nervioso al PP, pero también parece haber encontrado en las críticas
a Podemos y a Pablo Iglesias –sobre el que cada día lanzan un infundio
inmediatamente desmentido-, un parapeto, la base de una maniobra de distracción,
para que otras noticias no sean analizadas en las tertulias ni explicadas en
los medios.
Si la emprenden por cualquier asunto contra Pablo
Iglesias quizá no haya espacio ni tiempo para contar a televidentes o lectores
los muchos abusos, dislates y miserias del PP. Así, por ejemplo, pasa
desapercibido el desatino y abuso que supone que, al tiempo que el Gobierno
aplica recortes incontables sobre los derechos de los ciudadanos, se gaste más
de dieciséis millones de euros en remodelar, amueblar y decorar los despachos
de los ministros y altos cargos en diversos ministerios. O que el Congreso
convoque un concurso para facilitar a sus señorías el uso gratuito de Iphones y
Adsl hasta en sus casas, por un valor de 1.5 millones de euros, como si los
diputados, con los sueldos que reciben, no pudieran pagar la factura del
teléfono o de Internet. O que haya dedicado más de cuatro millones de euros a
obras en el Congreso.
Dirá el PP que esos casos son lo que vulgarmente
se dice ‘el chocolate del loro’, pero tantas tabletas pueden suponer
prestaciones sociales, sanidad o educación, la misma que recorta de manera
implacable el Gobierno. ¿Cuántas prestaciones a Dependencia, podrían pagarse si
los diputados del PP, con varias propiedades inmobiliarias en Madrid renunciasen
a los 1.800 euros de suplemento a la vivienda?
Mas hay casos más graves, de un gasto que nunca
tendría que haberse producido, el del rescate a la banca, causante de una deuda
del casi el 100% del PIB que no tendrían por qué asumir los españoles. Solo con
el rescate de Caixa Banc, que costó más de doce mil millones a las arcas
públicas, se podría haber costeado, la suma de todos los recortes en sanidad y
educación hasta el año 2013 - 13.800
millones de euros-.
Sin duda, si alguno de esos populares que
consideran que los políticos tienen derecho a privilegios sin cuento porque
algunos de ellos ganarían más en la empresa privada –nos harían un gran favor
si se fuesen a esas empresas que tanto les pagarían según ellos-, al ignorar que
la política bien entendida es un servicio a la sociedad y no una actividad
lucrativa. Pero a ver quién le explica eso a un partido que lleva veinte años,
que se sepa, financiándose irregularmente y algunos de cuyos miembros
presumieron en el pasado de ‘estar en la política para forrarse’.
Da la impresión de que con sus constantes ataques
a Podemos, los dirigentes del PP pretenden que nos olvidemos del caso Gürtel,
del caso Brugal, de la ilegal financiación de la sede de Génova 13; de la
reforma de la ley del aborto, que Gallardón pretende perpetrar con veraniega
alevosía. O que no sigamos con demasiado interés las peripecias de algunos de
sus miembros con un pie en la cárcel, como el expresidente de la Diputación de
Castellón, Carlos Fabra, que alardeó ante la prensa de que él jamás pisaría una
prisión y hoy el Tribunal Supremo ha ordenado su encarcelamiento.
Arbitrarios, injustos, represores y corruptos. Los
políticos del PP, muchos de ellos inmersos en causas judiciales, o señalados
como tales pese a que la prescripción a causa de la lentitud de la Justicia los
haya librado del castigo, utilizan a Podemos como el payaso de las bofetadas
del circo de su inoperancia y torpeza política, de sus injustas decisiones y
sus escasamente honestas prácticas.
Algunos de entre ellos piensan que los ataques a Pablo
Iglesias y a Podemos puede acabar costándoles caro, porque cuanto más hablan de
ellos más propaganda les hacen, y más simpatías recogen.
Les va a dar igual. Hablen o no de Podemos, la
realidad es que la ciudadanía considera que esa formación puede dar un giro al
destino de pobreza, desesperanza y latrocinio que ha impuesto el PP.
sábado, 19 de julio de 2014
Rajoy podría convocar elecciones anticipadas por miedo a Podemos.
La posibilidad de celebrar elecciones anticipadas, al tiempo
que las municipales y autonómicas, o incluso antes, en el mes de noviembre,
circula por medios digitales y cenáculos políticos. El Presidente Raxoi podría
tener prisa por convocarlas por miedo a un descalabro electoral de su partido,
y que podría llevar a la izquierda al poder, acabando así con todo el entramado
de intereses y leyes protectoras a la banca y el empresariado. Todo lo que se
ha esforzado por hacer el PP durante los dos años y medio que lleva en el
poder, con privatizaciones a favor de una oligarquía avariciosa, leyes que
procuran impunidad a los bancos y banqueros, o empresarios abusivos y evasores
de impuestos bendecidos por amnistías fiscales podría venirse abajo en caso de
que la derecha explotadora perdiese su omnímodo poder.
A Raxoi y al PP le ha entrado un pánico cerval ante la
publicación de encuestas que dan unos excelentes resultados a Podemos, partido que
la obsesión descalificadora de sus dirigentes resultaría patética sino fuese
porque, además, contiene grandes dosis de ilegalidad. Los sondeos de intención
de voto que se publican, e incluso los que no se publican, como la que todo los
meses realiza el diario El País, que ocultó a sus lectores la de junio, porque daba una intención de voto a Podemos del 21.5% a solo cinco puntos del PP,
tienen alarmado al partido mayoritario ante escenarios como el que dibujaba esa
encuesta, hurtada a los lectores, que reflejaba que la suma de Podemos e IU
daba la mayoría a una coalición de esos partidos que obtendrían 27.4, nueve
décimas por encima del PP. Si a esa coalición se sumase el PSOE, aunque no
parece que la formación dirigida por Pedro Sánchez vaya a romper su deriva socialcentrista, la
izquierda superaría a la derecha de PP y UPyD en más de doce puntos contando
con ello con una mayoría electoral de casi el cincuenta por ciento.
Ante esos muestreos de intención de voto el PP se revuelve de
la única forma que sabe, calumniando y descalificando, porque le ha entrado
pánico al pensar que, si efectivamente se da el escenario que dibujan esas
encuestas, además de perder el poder, es muy posible que tenga serias
dificultades ante los tribunales. De hecho, el sumario Gürtel y la pieza
separada de Bárcenas, ya ha descubierto la financiación ilegal de la sede del
PP de Génova 13, y es muy posible que si los bancos suizos dan la información
solicitada por Ruz pueda ponerse negro sobre blanco lo que muchos ciudadanos sospechan:
que los muchos millones evadidos a paraísos fiscales no pertenecen al
extesorero sino al partido colegiadamente.
Mas si a Raxoi le han entrado esas urgencias electorales,
después de haber estado años intentando alcanzar el poder –no siempre de forma
muy honesta- y logró acceder a La Moncloa con una campaña de trampas y
falacias, se debe sobre todo al miedo a Podemos. Cree que adelantando las
elecciones la formación de Pablo Iglesias no contará con infraestructura y
personas suficientes para ganar unas elecciones.
Desde que se conocen las
encuetas que reflejan el imparable ascenso de Podemos, el PP no ve a la formación
de Pablo Iglesias como un grupo de ‘frikis’, como la definió el ideólogo del
PP, Pedro Arriola. Tras constatar que Podemos no solo le quitó votos al PSOE,
sino que también muchos de sus electores le eligieron la papeleta de la
formación de Pablo Iglesias, la histeria de los populares va en aumento. En esa
preocupación está la razón por la que el PP no deja ni un solo día de lanzar
ofensas, falacias y falsas imputaciones a Podemos. Incluso los populares
madrileños, cuya lideresa, Esperanza Aguirre, parece sufrir una obsesión senil
con Pablo Iglesias, está animando a sus simpatizantes, a través de Twiter, para
que busquen en la red vídeos en los que el dirigente de Podemos alabe el
régimen chavista o dé muestras de su hipotética conexión con ETA, o cualquier
cosa que contribuya a desprestigiar a la nueva formación. Ya se sabe que el PP
considera que para ganar votos sirve cualesquiera técnicas, y si de difamar o
de inventar se trata, se hace con el mismo desahogo que utilizó para mentir
sobre su programa o hacer uso de fondos ilícitos durante las convocatorias
electorales.
El PP no tiene discurso ya con el que dirigirse a la ciudadanía,
durante los años de gobierno, que pese a no ser más que dos y medio parecen un
siglo, el que ha hecho retroceder al país, solo ha gobernado para las élites,
para la oligarquía, a medida de los dogmas de la iglesia y de la voracidad de
bancos y empresarios.
El Tribunal Europeo de Justicia ha tumbado por segunda vez su inicua ley Hipotecaria, con su Reforma Laboral acabó con los derechos de los trabajadores, con la privatización de la Sanidad y la entrega de la Escuela Pública a la secta católica confirmó su afán facilitar los negocios a sus amigos y su sometimiento a la Conferencia Episcopal. Y ya no engaña a una ciudadanía, a la que atrajo durante la precampaña de 2011 asegurando que crearía puestos de trabajo. No solo siguió destruyéndose empleo sino que este año se están eliminando cientos de miles de empleos en las grandes empresas. En la primera mitad del año se registraron casi 9.000 despidos en Expedientes de Regulación de Empleo, sin contar el millar de nulos de Coca-Cola. Iberia, Atento, Ferrovial, Cepsa y Sniace han anunciado grandes ajustes de plantilla en lo que queda de año. Unos despidos que afectan a todos los sectores y todo el territorio. De ese modo se desinflan los augurios de recuperación que el PP repite con la misma contumacia que falsedad.
El Tribunal Europeo de Justicia ha tumbado por segunda vez su inicua ley Hipotecaria, con su Reforma Laboral acabó con los derechos de los trabajadores, con la privatización de la Sanidad y la entrega de la Escuela Pública a la secta católica confirmó su afán facilitar los negocios a sus amigos y su sometimiento a la Conferencia Episcopal. Y ya no engaña a una ciudadanía, a la que atrajo durante la precampaña de 2011 asegurando que crearía puestos de trabajo. No solo siguió destruyéndose empleo sino que este año se están eliminando cientos de miles de empleos en las grandes empresas. En la primera mitad del año se registraron casi 9.000 despidos en Expedientes de Regulación de Empleo, sin contar el millar de nulos de Coca-Cola. Iberia, Atento, Ferrovial, Cepsa y Sniace han anunciado grandes ajustes de plantilla en lo que queda de año. Unos despidos que afectan a todos los sectores y todo el territorio. De ese modo se desinflan los augurios de recuperación que el PP repite con la misma contumacia que falsedad.
Podemos le ofrece a la ciudadanía medidas para recuperar la
economía y la dignidad, para que los ciudadanos dejen de ser los esclavos de la
banca y la oligarquía, un proyecto ilusionante y viable porque en España no es
que no haya dinero, sino que se malgasta y está mal repartido. Y, en contra de
lo que dice la derecha, la formación de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Juan Carlos
Monedero, entre otros, garantiza que no son tan solo, como acusan sus
detractores, jóvenes sin sentido común que no sepan lo que ofrecen o lo que
dicen. Detrás del programa de Podemos hay un proyecto sólido de cambio que a la
derecha le asusta, precisamente, porque es viable y podrá acabar con
privilegios e injusticias.
Por esa causa los dos partidos hegemónicos hasta el momento,
pero sobre todo el PP, están asustados.
El partido de Raxoi accedió al poder a
base de falacias y trampas. Ahora intenta soltarlo para garantizarse una
victoria más. Aunque la ciudadanía ha dicho ¡basta ya!, como reflejan las
encuestas, y un adelanto electoral supondría adelantar la liberación de una
situación insostenible. Por esa causa Raxoi se debate entre el pánico y el
pavor.
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