Lo
sucedido hoy en la calle Ofelia Nieto, del madrileño barrio de Tetuán,
recordaba más a las actuaciones del ejército sionista en Gaza que a lo que
pueda suceder en la capital de un país democrático: agentes de la Policía Local,
pertrechados como antidisturbios, acompañaron a una excavadora que acabó
derribando el edificio del número 29 de esa calle, sobre el que pesaba una
orden de desahucio desde hace meses, después de agotar todos los recursos
posibles, y que el Tribunal Supremo diese luz verde a una expropiación, que más
parece un latrocinio organizado, que la decisión de una administración justa.
Las
tres familias que ocupaban esa vivienda no debían ni un euro a ningún banco, ni
al Ayuntamiento, ni la Seguridad Social. Pero la administración municipal a
cuyo frente está la señora (?) Ana Botella, y un empresario imputado en varios
casos de corrupción, Enrique Ortiz, que figura en los sumarios de Gürtel y
Brugal, habían puesto los ojos en el solar que ocupaba el edificio. Y con la
ayuda de unos jueces que tal vez no calibraron el problema, o si lo calibraron
prefirieron cerrar los ojos a la Justicia, se permitió el desahucio de una
familia a la que el Ayuntamiento arrebató su vivienda con el pretexto de que
necesitaba seis metros para la acera, y por lo que se ofreció a pagar poco
menos de cuatrocientos mil euros por el solar en el que Enrique Ortiz
construirá viviendas de lujo que le proporcionarán pingües beneficios. La
Policía Municipal se presentó casi de madrugada, acompañada de una excavadora,
que acabó destruyendo el edificio después de detener a varios activistas, e
incluso acusarlos de haberlos rociado con gasolina, cuando lo único que
vertieron sobre ellos los vecinos fue agua.
El
derribo del edificio de la calle Ofelia Nieto número 29 es el ejemplo del modo
actuar de una administración cuyas decisiones lesionan a los ciudadanos
abusando de ellos, imponiendo su voluntad, sin pensar en las consecuencias o en
las tragedias humanas que generan, preocupados tan solo por los beneficios que
obtienen ellos o sus amigos.
Durante
toda la legislatura de Raxoi el Gobierno se negó a la dación en pago, y a una
ley de segunda oportunidad que ahora, cuando se ve con un pie fuera del poder,
intenta vender a los ciudadanos, engañándolos, porque nunca tomará medida
alguna que pueda perjudicar a la oligarquía. Los desahucios de primeras
viviendas se producen a diario y a cientos, dejando en la calle a familias con
bebés, a ancianos, a personas discapacitadas. Todo le da igual a una
administración que solo piensa en término de beneficios económicos, los suyos o
los de los bancos y grandes empresarios, cuyas ganancias acabará revirtiendo en
ellos en forma de sobres.
“Como
ya han robado todo lo gordo ahora van a robar a los indefensos”. La frase
pertenece a un discapacitado, usuario de un Centro de Día de la Generalitat
Valenciana, gobernada por el PP, después de que el Consell decidiera que los usuarios de tales centros
tenían que pagar tasas de hasta setecientos euros, con recargo de hasta el 20%
si no las abonaban en tiempo y forma, en base a sus ingresos e ignorando sus
gastos. Tanto da que la persona a la que cobran tenga una hipoteca o tenga que,
con su pensión, mantener a varios hijos en paro. Manu militari, el Consell
pidió el número de cuenta de quienes usan esos centros, y sin avisar, viene
cargando cifras astronómicas por el uso de unos centros que, de haber decencia
en los gobernantes que despilfarraron el dinero público en grandes premios
automovilísticos, edificios faraónicos y latrocinios varios, no cobraría ni un
céntimo. El asunto es tan escandaloso que hasta el Sindic de Greugues –el Defensor
del Pueblo valenciano- ha abierto una investigación de oficio para frenar el
abuso.
Y
es que las administraciones del PP, ayuntamientos, comunidades o central, no
reparan en la gente sino es para explotarla, succionarle la sangre sin el menor
miramiento, y sea cual fuere su situación económica, social o de salud.
Así
la Comunidad de Madrid excluyó de su sistema de citas sanitarias a más de 6.000
menores, la mayoría hijos de inmigrantes que, como consecuencia de esa decisión,
decenas de niños, de entre tres meses y tres años, fueron privados de atención
primaria normalizada por una decisión que SOS racismo calificó de “arbitraria y
discriminatoria”. Si los padres de esos niños no pueden sufragar lo que desde
el Gobierno pretende que abonen los inmigrantes, contraviniendo todos los
tratados internacionales y los Derechos Humanos, a las administraciones les da igual
que los niños vivan o mueran porque dejaron de ser células fecundadas, que es
lo que para el PP y la secta católica es la única vida que hay que proteger. Lo
que buscan es que la gente, aunque no tenga de donde sacar el dinero para
pagarlo, abone las facturas que benefician a las sociedades médicas de sus
amigos, a las que quieren proporcionar ganancias.
En
el pasado año fallecieron 4.000 mil personas por falta de la medicación que
puede curar la hepatitis C que, de no tratarse, acaba en cirrosis y la muerte.
El Gobierno español estuvo negando esa medicación durante toda la legislatura y
solo ahora, a pocos meses de las elecciones, anuncia que podrán tener acceso a
ella una parte de los afectados. Incluso en las redes sociales, trufadas de la
presencia de trolls al servicio del Gobierno, trasmitieron, con que los
enfermos de hepatitis C habían adquirido la enfermedad por ser drogadictos,
homosexuales o promiscuos. Obviando que muchos de los enfermos lo son por
contagio a través de sangre infectada que la sanidad pública no controló, dando
un mensaje de intolerancia y clasismo.
Los
organismos internacionales alertan del incumplimiento de los Derechos Humanos
por parte de las administraciones del PP en diversos aspectos, como el trato
inhumano a los inmigrantes, a los que se expulsa sin garantías jurídicas y
muchas veces esposados, drogados y maltratados, en vuelos que cuestan mucho más
que lo que supondría proporcionarles asilo.
Con
las elecciones a la vuelta de la esquina las diversas administraciones dicen ir
a tomar medidas que suavicen sus abusos y carencia de empatía por los más
débiles. Mas hechos como los narrados en este artículo ponen en evidencia la
catadura de unos políticos que solo quieren el poder para beneficiarse y
beneficiar a sus amigos.
Se
dice que ayuntamientos, comunidades o gobierno central son la Administración
que, como su nombre indica, tiene como misión redistribuir adecuadamente los
bienes públicos. Aunque los políticos que padecemos tan solo administran lo que
hay en su propio beneficio. Para los ciudadanos solo hay injusticia, abusos y
latrocinios.
Hoy he hecho exactamente el siguiente comentario en otro blog. Por lo aquí expuesto y muchas cosas más, parece ser que solo nos quedan dos alternativas, dejar las cosas como están o echar a esta gentuza de una vez por todas. El próximo 24 de mayo PODEMOS empezar, de todos nosotros depende.
ResponderEliminarPor favor que me contesten: Alguien ve normal que después de haber trabajado 33 años no me corresponda ningún subsidio por trabajar mi marido y ganar 1.027.-€ el tope para tener derecho es de 972.-€., y que TAMPOCO ME CORRESPONDA PENSION DE JUBILACION por no haber trabajado 2 años dentro de los últimos 15?.
ResponderEliminarCon sólo “trabajar” bueno más bien “cotizar” 3 MESES tienes subsidio de hasta 33 MESES.
Con sólo trabajar 6 AÑOS tienes 426.-€ garantizados hasta los 65 años y después tienes la pensión de Jubilación, para esto sólo es necesario estar soltera o que tu marido “declare” aunque no sea verdad, que gana menos de 972.-€/mes.
POR FAVOR ……., QUE HE HECHO MAL, TRABAJAR Y SER HONRADA?????.