jueves, 3 de julio de 2014

Las maniobras golpistas de Rajoy para perpetuarse en el poder y cerrar el paso a Podemos



Eufemismo o neolenguaje, de cualquier forma se puede calificar lo que el Presidente del Gobierno, Mariano Raxoi Brei, entiende por ‘regeneración democrática’, cuando su objetivo es, precisamente, burlar las reglas del juego democrático para mantenerse en el poder a costa de lo que fuese. El jefe del Ejecutivo anunció en pasados días que tenía la intención de plantear una serie de reformas legales, con el fin de ‘escuchar la voz de los ciudadanos’, por lo que iba a plantear a los partidos de la oposición una serie de medidas para ‘regenerar la democracia’.  Las palabras de Raxoi podrían inducir a error, podría pensarse que, efectivamente, el Presidente y el partido en el Gobierno asumían la necesidad de aplicar nuevas normas que supusieran más transparencia o algún sistema para que el pueblo pudiera ser escuchado en más ocasión que en los comicios que se celebran cada cuatro años. 

 Mas no hay que engañarse, esperar de Raxoi, o del PP, un paso dirigido a profundizar en los derechos democráticos del pueblo es como pedir peras a un olmo, o naranjas a un eucalipto. Los planes del Presidente del Gobierno para ‘profundizar en la democracia’, no son sino un recorte democrático, un paso para asentar en este país el ‘partido único’, a modo del Movimiento Nacional del franquismo, trasmutado en PP. Porque lo que pretende Raxoi, y que propuso al PSOE, que no tuvo la gallardía de enviarle a escardar cebollinos sin más, fue que gobierne, tras las elecciones municipales, la lista más votada, impidiendo y considerando ilegal cualquier coalición que pudiera arrebatar las alcaldías a su partido, que suele ser la lista más votada, dado que en el PP se reúnen todas las ideologías de la derecha, desde la más moderada a la ultraderecha falangista, cosa que no sucede con la izquierda, que se atomiza en las convocatorias electorales pero que, tras los comicios, puede pactar porque son más los ciudadanos que, en conjunto, votan a opciones de izquierdas. 

Esa modificación en la ley electoral, que supondría un paso atrás en una legislación que ya de por sí castiga a las minorías, es posible que se anunciase en lo referente a los comicios municipales, pero que, a la postre, se extendiese a cualquier cita electoral, incluida la de las generales para, de ese modo, garantizarse el Gobierno de la Nación por lustros. Para concitar el consenso del resto de los partidos del arco parlamentario, Raxoi les puso a las diversas formaciones la zanahoria de la reducción de aforados. Se supone que para usarla a modo de chantaje, como suele ser su práctica filibustera de la política. 

A pesar del ofrecimiento trampa de Raxoi sobre los aforados, que nadie de la oposición parece haber tomado en serio, esta salió en tromba a rebatir la idea de Raxoi, anunciada en el Comité Ejecutivo Nacional de su partido, para calificarlo de ‘inoportuna’ como hizo Rubalcaba, ‘golpe de mano a la democracia’, como lo calificó Cayo Lara o trampa" para "salvar la derrota segura del PP" en las municipales, según el BNG. 

No hace falta ser un politólogo avezado para comprender que la idea de Raxoi responde a la certeza de que, en las próximas elecciones municipales, su partido perderá el gobierno municipal de muchas grandes ciudades. Según el diario Público, una coalición IU- Podemos podría gobernar en, al menos, doce ciudades de más de cien mil habitantes, como las del cinturón rojo de Madrid, Cádiz, Gijón o Las Palmas si se extrapolase el resultado de las elecciones europeas, en detrimento de PP y PSOE. Quizá por eso, el partido aún en manos de Rubalcaba, consideró que lo adecuado para solventar el asunto sería la implantación de ‘una segunda vuelta’. Craso error del PSOE –uno más-, que en lugar de plantearse coaligarse con fuerzas de izquierdas, como Podemos, escucha los cantos de sirena de un PP que no desea otra cosa que desubstanciar la democracia, para perpetuarse en el poder y seguir concediendo contratos públicos con trampas que les reporten substanciosas comisiones que convertir en sobre sueldos o dinero en cuentas en paraísos fiscales. 

El panorama político español, con un bipartidismo caduco, y una atomización de los partidos de izquierdas, dará en próximos comicios resultados inesperados. En cualquier caso, formaciones como Podemos tiene que trabajar, no para poder gobernar en coalición con IU o cualesquiera otras formaciones, sino arrasar en las elecciones, para que no quepa duda de su legitimidad democrática y del hartazgo de la ciudadanía hacia partidos cuyos dirigentes llevan muchos años agarrados a las poltronas, gobernando por inercia y sin el menor sentimiento de servicio a la ciudadanía. 

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