Tal
y como el PP desarrolla leyes y decisiones y viendo las declaraciones de todo
tipo que hacen sus dirigentes se observa, no sin alarma para la mayoría, que,
de ganar las próximas elecciones, implantará un verdadera dictadura, para lo
que cuenta, además, con la colaboración del PSOE. El anuncio de ese partido de
que apoyará ‘por sentido de Estado’ las modificaciones legales que plantea el
Ejecutivo de Raxoi en materia de terrorismo ha causado indignación en muchos
sectores, sobre todo, teniendo en cuenta que el PP está dispuesto a extender el
concepto de terrorismo a todo lo que no le agrada, como denunciaba, ayer mismo,
Amnistía Internacional.
“La
reforma ahonda en las limitaciones de derechos ya existentes sobre terrorismo,
al introducir 12 nuevas enmiendas que amplían de tal forma, y de manera tan
vaga e imprecisa, la definición de terrorismo que conductas que no tienen
naturaleza terrorista podrían ser sancionadas, de manera incompatible con las
normas del derecho internacional” señalaba la ONG que advertía de que la
planeada reforma del Código Penal “pone en peligro el derecho a la libertad de
expresión, información y reunión pacífica, y se olvida de los crímenes de
derecho internacional”.
Y
es que el PP pretende que los escraches, las huelgas con piquetes o la
alteración de un pleno parlamentario puedan ser actos calificados como
“terroristas”. Igualmente, el PP pretende que sea considerado acto terrorista
cualquier acción que persiga "influir o condicionar de modo ilícito la
actuación de cualquier autoridad nacional o extranjera", con lo que se
abre una torticera puerta a considerar terrorismo cualquier manifestación de
libre expresión si considera que con ella se pretendió influir o condicionar
las actuaciones de las autoridades”. De esa manera, y tal como se las gasta el
PP, una carta en un periódico dirigida a un político o una intervención en una
tertulia como la que protagonizó en Grecia una dolida y harta ciudadana podría
considerarse un acto de terrorismo y de rompimiento de lo que el ministro del
Interior, Jorge Fernández –el peor y más lesivo ministro de esa cartera en toda
la historia de esta pseudodemocracia- considera ‘paz social’, la paz de los
cementerios tan cara a los fascistas.
Sin
embargo obvia el asunto de la Justicia Universal que suprimió en su día para
complacer, con indigno sometimiento, las pretensiones de la dictadura China, o
complacer los deseos de impunidad del ejército USA, autor del asesinato de José
Couso. Tras la suspensión del principio de Justicia Universal los jueces se
vieron obligados a poner en libertad a numerosos narco traficantes. Con la
actual legislación resultará imposible procesar a terroristas internacionales,
o incluso detenerlos, pero ese es un problema menor para el PP, que utiliza la
lucha contra el terrorismo internacional como pretexto para poder él ejercer un
terrorismo de Estado suprimiendo libertades formales de modo inadmisible.
Desde
AI se muestran preocupados porque la reforma del Código Penal amplíe de modo
tan represivo la clasificación de delitos considerados en el marco del
terrorismo, cuando estos se limitan, según el Relator Especial de Naciones
Unidas, las tres características acumulativas que se deben dar para que una
acción pueda ser considerada terrorista: intencionalidad de causar muerte,
heridos graves o toma de rehenes; propósito de atemorizar o intimidad a la
población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar
un acto o abstenerse de hacerlo. Es evidente que ni los escraches ni los
piquetes de huelguistas, ni la difusión de convocatorias de manifestaciones
tienen nada que ver con el concepto de terrorismo precisado por la ONU.
No
se entiende que en Europa no pongan coto a las decisiones dictatoriales del
Gobierno de un país miembro, teniendo en cuenta que, en teoría, condición sine
qua non para pertenecer a la comunidad europea es el respeto a la democracia.
Tampoco que el PSOE esté dispuesto a apoyar al PP en semejante locura
represiva. Al hacerlo, si llega a dar su consentimiento a tal barbaridad, se
pondrá en evidencia la deriva derechista de la actual dirección del PSOE,
supuestamente renovado y más a la izquierda que la de sus predecesores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario