Desde
que el pasado jueves se aprobó la Ley Mordaza me pregunto cuánto tiempo
tardarán en cerrar este blog. Cualquier día algún miembro del PP leerá mis
artículos que, aunque no tienen gran difusión, le parecerán incómodos y me taparán
una boca más. Y es que estamos en una situación de emergencia democrática a la
que la población no reacciona porque, en muchas ocasiones, ni se entera de lo
que sucede. Los medios accesibles a todo el mundo, en un país en el que
Internet está muy limitado, son casi exclusivamente las televisiones,
controladas en su totalidad por el PP.
Informarse
por Internet, acceder a blogs y periódicos digitales independientes está
limitado a una minoría de ciudadanos. Según el “Perfil sociodemográfico del
Internauta 2013” publicado por el CIS –centro de investigaciones sociológicas-,
el número de personas de 10 años y más que accedieron a Internet en alguna
ocasión aumentó un 3,7% en el último año, aunque el 70% de los internautas accedieron
a las redes fuera de su domicilio o lugar de trabajo utilizando algún
dispositivo móvil. Porque solo existen 10,4 millones de viviendas familiares
que tienen acceso a Internet, cuando el número de las ocupadas es de
24.843.078, lo que significa que 23.799.078 de personas no cuentan con Internet,
y muchas de ellas no se conectan nunca, ni conocen redes sociales, ni leen
prensa por ese sistema.
En
esa situación, de limitación de acceso a una información veraz y no manipulada
por el PP, la población sufre una enorme limitación a la libertad de
información, que se reducirá aún más con la Ley Mordaza que considera terrorismo
aquellas noticias filtradas por internet desfavorables al poder.
Incluso
personas descontentas con el poder no conocen los detalles más sangrantes de la
política del PP porque, con únicamente acceso a los informativos televisivos,
no son informadas, entre otros asuntos, de la imposición de la Ley Mordaza y lo
que eso significa, el número de muertos por desahucios, o los que fallecieron a
causa de falta de medicación, como los cuatro mil que el pasado año murieron
por no haber sido tratados con Sovaldi, entre otras sangrantes realidades. Son
datos que escandalizan a personas que, sin acceso a Internet, desconocen la
situación de emergencia democrática en la que vivimos, y que se indignan cuando
conocen cifras y datos que el PP se encarga de ocultar tomando al asalto medios
de comunicación y silenciando periodistas incómodos.
Los políticos del PP, con el matonismo propio de dictadorzuelos, se permiten amenazar y celebrar ceses de periodistas incómodos, como hizo en las redes Agustín Conde, uno de los portavoces adjuntos del Grupo Popular en el Congreso, después de que la televisión otrora pública y en el presente propagandista del PP, celebraba el cese de Yolanda Álvarez, que a juicio de ese filofascista ‘parecía de Hamas’, repitiendo, cual loro ignaro, la queja de la portavoz de la embajada de Israel en España, Hamutal Rogel, que la acusó de “convertirse desde el primer momento en correa de transmisión de los mensajes, cifras, imágenes y datos de Hamás” porque transmitía la realidad del genocidio sionista en Gaza. O vertiendo amenazas, más o menos veladas, contra el cesado Jesús Cintora, conductor de Las Mañanas de Cuatro, de la cadena Mediaset, al que Rafael Hernando, portavoz segundo del Congreso le espetó: “es su línea de comunicación y usted sabe lo que hace, usted es responsable’, tras un agrio debate sobre el caso Gürtel, en el que Hernando dejó caer enrabietado: “Hay gente que está hasta al gorro porque usted se encarga de que estén hasta el gorro porque es lo que dice todos los días, que es un país de corruptos y miserables, incentiva esa línea”. Hace seis años, el corrupto exalcalde de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo, amenazó a esta plumilla con un “como sigas publicando esas cosas te vas a arrepentir”, refiriéndose a artículos relacionados con la inseguridad ciudadana y el asunto de la contrata de basuras que finalmente le llevó a la cárcel. “Tenía que haberte mandado a tomar por culo hace tiempo” exclamó. Unos meses después estaba sin trabajo.
Al
tiempo, con la implantación de la fascista Ley Mordaza que limita brutal e
inconstitucionalmente derechos civiles, este país está siendo convertido en una
dictadura de facto, que se oculta con el disfraz de la democracia, como el
régimen del general genocida Franco lo hacía con la ‘democracia orgánica’,
cuando ese apellido invalidaba la existencia de un régimen de libertades que el
PP está vulnerando desde que ganó las elecciones de 2011, y que, en los últimos
meses, impone de una forma intolerable ante el temor de perder las elecciones
que le privarán de seguir haciendo negocios con el dinero de todos, vendiéndose
a los bancos y grandes empresarios, para, en connivencia con el capitalismo más
salvaje, empobrecer al pueblo hasta dejarlo exhausto.
Con
los medios de comunicación controlados y manipulados por el PP, la aplicación
de la Ley Mordaza y el control del poder judicial a través de jueces más que
amigos, el PP intenta garantizarse la permanencia en el poder durante décadas, y,
la total impunidad en los casos de corrupción que llegan a los tribunales. Para
ello se preocupó de controlar todos los órganos judiciales: al frente del
Tribunal Constitucional colocó al magistrado Francisco Pérez de los Cobos,
militante del PP, como cabeza del Tribunal Supremo y el Consejo General del
Poder judicial impuso a Carlos Lesmes, juez de trayectoria ultraconservadora, y
en recientes fechas logró colocar al frente de la Audiencia de Valencia, que
será la encargada de juzgar la rama valenciana de la trama Gürtel, a Fernando
Rosa, exconseller de Camps e, igualmente ultraconservador. A los nombramientos
de magistrados de derechas al frente de órganos decisorios de la judicatura hay
que sumar la eliminación de jueces incómodos, que, al igual que a los
periodistas, expulsan de su profesión para garantizarse la impunidad y buenos
resultados electorales.
El
juez Garzón, Elpidio José Silva son paradigma de esas prácticas de reino
bananero en el que estamos inmersos, ante la pasividad de los partidos
políticos con representación parlamentaria, como el mayoritario de oposición,
el PSOE, que no se mueve a la hora de señalar el déficit democrático que
sufrimos, sacando a la gente a la calle e informándola de cuanto sucede porque
alega ‘su sentido de Estado’, que no es más que su afán de permanencia en un
poder prostituido y falsamente democrático.
Así
las cosas, los demócratas tendremos que practicar el boca a boca –en voz baja-
para suplir los tremendos déficits democráticos que se sufren en este reino
bananero de la manipulación informativa y la impunidad.
Este cartel lo colgaba únicamente en mi blog. Este blog seguirá publicando, obviamente, más esta bloguera se quedará sin voz ante la imposiblidad de hacer frente a un recibo de Movistar, dada mi situación de parada con una exigua paga de 426 euros al mes con la que debo hacer frente al pago del alquiler y la luz...y comer algo...