martes, 3 de marzo de 2015

La manipulación informativa en los medios de comunicación de la España de Rajoy.



"Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido" Mucho llovió desde que el activista por los derechos civiles de los afroamericanos, Malcolm X, pronunciara esa frase, mas tiene plena vigencia en una situación y un país en el que los medios de comunicación pretenden, y en buena parte consiguen, manipular a la opinión pública, tergiversar la realidad y, más que informar, desinformar a la ciudadanía para que opine según desea el poder, a los que los mass-media están sometidos por razones económicas.  

Hace unos días, el director del Diario Público señalaba que la política de comunicación del gobierno de Raxoi consiste, básicamente, en aplicar a rajatabla los once principios de la propaganda de Goebbels (http://www.grijalvo.com/Goebbels/Once_principios_de_la_propaganda.htm ), aunque para entender la actitud de los medios españoles al respecto, por ejemplo, con lo relacionado a Podemos, bastaría con el enunciado de Malcolm X con el que comienza este artículo.

El País emprendió una verdadera cruzada mediática contra Podemos desde el día en que obtuvo cinco diputados en el Parlamento europeo que ya le ha costado hacer algún ridículo, como cuando afirmó que el currículo de Juan Carlos Monedero era falso, y se vio obligado a rectificar, aunque con mucha desgana, a través de la Defensora del Lector. Mas no cesa de publicar noticias contra el partido liderado por Pablo Iglesias de forma tan burda como absurda. Así aún se puede leer en su edición digital cosas como la publicada ayer, bajo un antetítulo que señala a la formación que, a todas luces, destruirá el enquistado bipartidismo implantado desde la falsa transición en el que se podía leer: “Inquietud en Podemos por el auge en las encuestas de Ciudadanos”. Comenzaba la noticia hablando del auge de Ciudadanos, la marca blanca del PP, y cuyo líder, Albert Rivera fue militante de esa formación hasta hace poco. Unos párrafos después aseguraba: “Pero el auge del partido de Albert Rivera se ha convertido en una posible amenaza para la estrategia de Pablo Iglesias antes de las elecciones, algo que reconocen en los altos rangos de Podemos”. ¿Altos rangos de Podemos? Si hubiese empleado la palabra ‘cargos’ estos podrían haber refutado una afirmación a toda luces torticera, porque no parece que sea preocupante para Podemos una formación que las encuestas señalan en cuarto puesto y que, si a alguien quitará votos, será al PP. Realmente la noticia no tiene ningún valor informativo, carece de fuentes identificables y no aporta novedad alguna. Mas cumple una de las indicaciones creadas por el infame nazi Goebbels que aseveró que "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".

Aceptando como un principio útil el aserto del miserable nazi, y sometido a la voluntad del PP de desinformar y tergiversar las noticias sobre Grecia y el gobierno de Syriza, el diario de Prisa publicaba una sobre un rescate a Grecia que el propio Eurogrupo desmintió. No conforme con esa falacia, el propio ministro, y diversos medios, siguieron repitiendo la falsa noticia con el único propósito de desprestigiar al gobierno liderado por Alexis Tsipras, sobre todo por las similitudes con Podemos.

Mas El País no es el único medio que utiliza de la manipulación, las mentiras o las insidias. Si El Mundo se caracterizó en los años de gobierno socialista por encabezar la teoría de la conspiración hasta extremos ridículos o de verdadera delincuencia, al rozar continuamente la difamación y la calumnia, el cambio de director no supuso un cambio de línea editorial, ni un giro a posiciones más éticas o ideológicas. Y como una de sus señas de identidad siempre fue su ideología de ultraderechismo obsesivo aprovechó la visita del rey jubilado al expresidente Múgica, para desprestigiar a su esposa, la senadora Lucía Topolansky. En el cuerpo de la noticia podía leerse: “Don Juan Carlos cumplió el penúltimo acto de su visita oficial a Uruguay para asistir a la ceremonia de transmisión del mando presidencial, visitando al presidente saliente, José Mujica, en la casa donde reside junto a su esposa, la sanadora Lucía Topolansky. A partir de esa noticia, que El Mundo, sin duda, argumentará que fue una errata, algún medio de extrema derecha la emprendió con la señora de Mugica, y su ‘profesión’, cuando, en realidad, la senadora Topolansky es una mujer de gran prestigio político en su país, donde llegó a desempeñar la Presidencia por viajes del presidente y el vicepresidente en los años 2010 y 2013. Mas difama que algo queda y, seguramente, muchos seguidores de la caverna mediática se matarán hasta con su padre para defender que Mugica está casado con una santera, sanadora o bruja.

El asunto es dirigir el pensamiento de las masas, ya se trate de hablar de Podemos, del Presidente Mugica, de Venezuela, o de arte y literatura. Así, con el fin de dirigir el pensamiento intelectual, pero sobre todo los mercados editoriales, en manos en su mayoría de las mismas corporaciones que controlan medios de comunicación –Prisa controla la Editorial Aguilar o Alfaguara y Planeta lo hace con Atresmedia-, organizarán en breve un Ciclo de Debates de Periodismo Cultural. Resulta curioso que en el tal debate vayan a participar quienes en buena parte han acabado con ese tipo de periodismo, si es que todo no lo es, o debiera serlo. Porque en el programa que ya se conoce de tales debates se echa a faltar la participación de críticos independientes, o lectores avezados, que puedan opinar. Sin embargo, en él sí estarán presentes directores de medios como Antonio Caño, de El País, Casimiro García-Abadillo de El Mundo, o Bieito Rubido del ABC; personajes a los que no es fácil relacionar con la cultura, aunque sí, y mucho, con la capacidad de manipular la información y engañar a los lectores.

El concepto de que el periodismo no tiene nada que ver con la cultura es algo arraigado y aceptado por la mayoría de quienes lo consumen. Que el periodismo escrito es un género literario es algo que se olvidó hace decenios. La idea que prima en la mayoría de las redacciones es que las noticias hay que contarlas para que sean entendidas por los más ágrafos,  olvidando que lo que escribía el maestro Larra era periodismo, del bueno, del que no se hace en el presente, en el que prima la noticia falsa, la mala redacción y las peores intenciones en un país gobernado por un personaje manipulador y falaz, que controla los medios a su antojo para hacer de la información un arma de manipulación masiva.

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