“Grecia
respira otros cuatro meses al arrancar in extremis al Eurogrupo una prórroga
del rescate” titulaba el diario.es la información sobre el acuerdo del Gobierno
de Syriza con el Eurogrupo, bendecido por el correoso ministro de economía
alemán, Wolfgang Schäuble, al que sus socios comunitarios apretaron hasta
conseguir el acuerdo. Sin embargo, la prensa y los políticos españoles dieron
un mensaje muy diferente en los informativos y las portadas de los diarios.
Según todos los medios de comunicación y los tertulianos de la televisión
otrora pública TVE, en el presente ‘teleraxoi’, el acuerdo supuso la rendición
de Grecia a las presiones de la UE, porque al aceptar la prórroga del rescate
otros cuatro meses se somete a los dictados del Eurogrupo y no podrá llevar a
cabo las reformas que Tsipras quiere aplicar para devolver derechos a los
griegos y dignidad a todo el país.
Una
vez más la prensa desinformaba, e incluso mentía, como tiene por costumbre
hacer, obedeciendo las consignas del dinero y el PP. Ni unos ni otros pueden
permitir que los ciudadanos sepan que pueda haber gobiernos que planten cara a
los abusos impuestos hasta el presente por los bancos alemanes, a través del
gobierno germano y sus mamporreros, como España, porque se pone en riesgo su
capacidad para imponer toda clase de tropelías con el fin de seguir
enriqueciéndose a base de robar a los pueblos con la complicidad de gobiernos
que cifran el patriotismo en músicas de charanga y trapos de colores.
La
totalidad de medios españoles están en manos de corporaciones financieras, o
con una alta participación de las mismas. Controlan de ese modo la información
que llega a una sociedad manipulada y manipulable, que sigue creyendo que la
letra escrita es como la biblia de los creyentes, o que los participantes en
las numerosas tertulias televisivas son poco menos que oráculos.
La
corporación Prisa, editora de El País, está en poder en un 40% en manos de
Liberty Acquisitions LLC, que es propiedad entre otras entidades de Golman
Sachs, el Deutsebank, la banca Paribas, Morgan Stanley, el Bank of América y el
de Santander. El Mundo, que edita Unidad Editorial, es propiedad, entre otros,
de Pirelli, Unit Color of Benetton, y la Fiat. Mediaset, el grupo que controla
T5, Cuatro y Atlas es propiedad, en un 95%, del desprestigiado y corrupto
empresario y político italiano Silvio Berlusconi. Atresmedia, la corporación de
Antena3 y La Sexta, pertenece al Grupo Planeta, propiedad del recientemente
fallecido José Manuel Lara, pero también tienen participación accionarial, e
influyen en la línea editorial, el BBK, el banco de Sabadell, Morgan Stanley,
la fundación Oppenheimer y el multimillonario Carlos Slim. No es de extrañar
que con esos propietarios las líneas editoriales de sus medios, y sus
complacientes periodistas, mientan respecto a las negociaciones de la UE con
Grecia. Porque, de aceptar que el gobierno de Syriza se sale con la suya,
estarían admitiendo lo que nunca querrán reconocer: que la economía se puede
hacer de otra manera y que es injusto y malvado empobrecer a los pueblos para
que unos pocos se enriquezcan exageradamente.
No
sucede lo mismo con los medios de otros países, incluso en la cuna del
capitalismo, EEUU, o en Alemania, origen de la impuesta austeridad de la Fhüreresa
Merkel, que criticaron la postura de la UE con Grecia. “Los máximos
responsables de la zona del euro y muchos medios de comunicación piensan que
Grecia está cometiendo una tontería plantándose ante Alemania. Pero la tontería
de verdad consistiría en rendirse”. La frase no aparecía en ningún medio griego
o afín a Syriza, sino en un editorial de la revista estadounidense Foreign
Policy, una de las publicaciones más leídas del mundo en materia de relaciones
internacionales. El firmante era Philippe
Legrain, un académico que fue asesor económico de la propia Comisión Europea,
hasta el pasado ejercicio, en la que se habla directamente del “bullying”
protagonizado por un ministro de Finanzas, el alemán Wolfgang Schäuble, quien
en opinión del autor parece “vivir en un universo paralelo”.
En
el país germano, el portal Keep Talking Greece, se podían leer artículos en los
que se acusaba a Schäuble de haber “perdido el sentido de la realidad” por
intentar obligar a Tsipras a mantenerse bajo las condiciones del rescate
financiero enviado por la Troika sin alterar un ápice las mismas. La pregunta era
si esas opiniones, que aparecían en medios que deberían ser relativamente influyentes
en Berlín, sirvieron de algo, y juzgar
por la sonrisa que lucía el viernes por la noche el ministro de Finanzas
griego, Yanis Varoufakis, sí: el economista afirmó en la rueda de prensa
celebrada tras un tenso Eurogrupo que Grecia comenzaría a ser “coautora de su
propio destino” tras conseguir que sus socios europeos aceptasen que Atenas
presente una lista con ‘sus’ reformas para ser discutida el próximo lunes a
cambio de prorrogar el rescate financiero durante cuatro meses.
Y
es que en ningún país occidental la servidumbre de la prensa al capitalismo más
salvaje y a las consignas gubernamentales son tan intensas como en España,
donde su gobierno lucha denodadamente para que el gobierno de Tsipras fracase.
Y no es por lo que puedan deber los griegos a este país, sino, como muy bien
expresó el propio Tsipras, por los problemas internos del Ejecutivo de Raxoi
que se enfrenta al peligro de que, si la posición de Tsipras triunfa en la UE, estará
en un claro aprieto electoral, al demostrar que otras políticas distintas al
sometimiento del PP son posibles. Lo que supondrá un espaldarazo a las tesis de
Podemos.
Por
esa razón el PP y los medios a su servicio, que son prácticamente todos, nos
vendieron la idea de que Grecia tuvo que someterse al ultimátum de la UE. La
realidad es que Grecia no se ha rendido, y que, además, ha ganado unos meses
preciosos para poder salir de la situación. Se baraja la idea de que podrían
negociar con China o con Rusia ayudas económicas que le salvaran de las
imposiciones de la UE. Y, además, intentar, a través del Tribunal de la Haya,
la devolución de todos los miles de millones que Alemania debe a Grecia en
concepto de reparaciones de guerra y la devolución del crédito que los nazis
cargaron al Estado griego.
Alemania
se niega a la devolución de ese dinero, argumentando que desde 1990, año en que
los gobiernos de la República Federal de Alemania, la extinta República
Democrática Alemana, la Unión Soviética, EEUU, Francia y el Reino Unidos
acordaron empezar las negociaciones en el tratado llamado 2+4, por el que se
daba carpetazo definitivo a las consecuencias de la II Guerra Mundial tras la
unificación de Alemania. Mas el tratado fue firmado sin la presencia de países que
sufrieron las salvajadas del nazismo, gracias a las maniobras del canciller
Helmut Kohl, que hizo todo lo posible para que Grecia y otros países víctimas
de la barbarie del régimen de Hitler, estuvieran alejados de la mesa de la
negociaciones. Ante esa situación Grecia podrá alegar que el tratado 2+4 contiene
acuerdos a costa de terceros que son ilegítimos.
De
momento ha conseguido cuatro meses para negociar, sin rendirse ante la UE, pese
a las presiones de Alemania, apoyada por España, no solo por su vocación de
servidumbre con el gobierno de Merkel, sino por intereses propios, en contra de
los del pueblo griego… y de los propios españoles.
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