En
su primer discurso parlamentario el presidente griego, Alexis Tsipras, planteó
una espléndida agenda de decisiones solidarias para los griegos en situación más
débil, como la de restablecer la energía eléctrica a los miles de ciudadanos
que viven en un estado lamentable de pobreza energética, o la extensión del
servicio de Sanidad Pública que el gobierno de derechas de Samaras les había
hurtado, la prohibición de los desahucios de primera vivienda, entre otras
medidas, como una reforma fiscal progresiva o la desaparición de los coches
oficiales. A esas decisiones, que muchos españoles aspiran a tener en el
futuro, si votan con sentido común, se suma una decisión que muchos griegos llevan
años pensado, como expresaba hace meses un griego que respondió por carta a los
reproches de un alemán por lo que le costaba a los teutones el rescate griego: reclamar a la intolerante Alemania más de
siete mil millones de euros de reparaciones por los daños de guerra causados
por los nazis al país heleno, más el total de los créditos y sus intereses que
los ocupantes alemanes pidieron en nombre de Grecia y en su beneficio.
Aparte
de la envidia que muchos españoles sentirán, sin duda, por un Gobierno que se
respeta a sí mismo y a los ciudadanos, y está decidido a plantar cara a los
abusos impuestos por la UE, acuciada por la Fhüreresa Merkel, que es la que
impone la austeridad y el bienestarcidio de los países del sur de Europa,
España debería plantearse seriamente hacer otro tanto en un futuro. Obvio es
que ni PP ni PSOE se plantearían semejantes reivindicaciones, prisioneros como
son de ese estúpido convencimiento de que las cosas son como son y no pueden
hacerse de otra manera más que la de obedecer los dictados de Alemania., y
proteger únicamente los intereses de los poderosos banqueros a los que va muy
bien con la abrasiva política económica de la UE dicada por el país teutón.
Mas
con un escenario más favorable, con un gobierno de Podemos, este país podría,
con pleno derecho, reivindicar que Alemania resarciese a este país por daños de
guerra, además de recordarle que en 1953 firmó el tratado de Londres por el que
diversos países europeos, entre ellos la empobrecida España, condonaron el 60% de
su deuda, que entonces se elevaba a 35.000 millones de marcos. El Gobierno fascista
de Franco vendió grandes cantidades de trigo y otros bienes alimentarios –que hurtaba
a los españoles- al régimen nazi, así como ingentes toneladas de wolframio, con
el que la industria armamentística de Hitler construía material bélico. De ahí que
Alemania debiese elevadas sumas de dinero a este país, que por acuerdo de los
aliados se le perdonó para que saliese del marasmo de la II Guerra Mundial. A
nadie se le ocurrió entonces dejar de morir de hambre a los alemanes por los
crímenes del régimen nazi, como ahora pretende la Fhüreresa Merkel que muramos
griegos, portugueses, italianos y españoles por las erróneas políticas de
endeudamiento de nuestros bancos.
Aunque
hay mucho más que Alemania debería resarcir a España: los daños causados por la
aviación alemana durante la guerra de 1936-1939, que ese país utilizó como
campo de entrenamiento para su aviación. Así la Legión Cóndor, tristemente
famosa por el bombardeo de Guernika, dejó caer sus mortíferas bombas por todo
el territorio republicano, creando numerosísimas bajas entre militares y
civiles, y una enorme devastación allí donde los Junkers 87A ponían su punto de
mira.
Se
habla poco de las brutalidades sufridas en territorio republicano por las
tropas fascistas y sus aliados nazis, porque el régimen fascista de Franco y la
vergonzosa transición pergeñada para que todo cambiase para que todo siguiese
igual, hicieron caer el manto negro del olvido sobre los crímenes del fascismo
y el nazismo durante una guerra que fue consecuencia del golpe fascista del
genocida Franco. Pero a poco que se estudie la historia saltan los nombres de Guernica
o Belchite como lugares literalmente arrasados por la aviación nazi.
Mas
no fueron los únicos, Madrid, Levante o Andalucía sufrieron los terribles
bombardeos de los Junkers de la Legión Cóndor –a la que algunos fascistas del
PP y la secta católica siguen rindiendo homenajes-. Así el Alt Maestrat, en el
País Valencià fue elegido por los nazis como campo de experimentación de bombas
de 500 kilos portadas por los Junkers 87A en Ares, Albocàsser, Benassal y Vilar
de Canes. Los bombarderos alemanes comprobaron en estas cuatro poblaciones del
Maestrat la puntería y eficacia de unas bombas y unos aviones, los Junkers, que
serían claves en la posterior Guerra Mundial.
Y
no solo el Alt Maestrat se convirtió en un campo experimental del sadismo de
los bombarderos nazis, que dejaban caer sus bombas sobre la indefensa población
civil. Otras poblaciones más al sur, como Torrevella, sufrieron la crueldad de
los pilotos de la Legión Cóndor al regresar a sus bases, para no hacerlo
cargados. Esa ciudad sufrió ocho bombardeos de la Legión Cóndor, a pesar de que
en ella no había frente alguno y su puerto tan solo albergaba barcos de pesca.
El más grave se produjo el 25 de Agosto de 1938, cuando la Legión Cóndor, de
regreso de uno de sus raid, bombardeo la ciudad en día de mercado causando
innumerables bajas entre la población civil.
Ahora
que el gobierno alemán se pone tan estupendo reclamando deudas, porque estas
hay que pagarlas sea cual sea la situación del país, bueno es que gobernantes
con dignidad les recuerden que ese principio no se tiene que aplicar tan solo
sobre quienes deben dinero a Alemania, sino que ésta también debe asumir sus
deudas, e indemnizar los daños causados por un régimen que, aunque en la
actualidad condena, dañó a otros países. Y del mismo modo que se niega a
aceptar que Grecia no asuma las deudas adquiridas por el gobierno de Nueva Democracia
porque ahora gobierne Syriza, tendrá que asumir que ha de indemnizar a quienes
sufrieron los bombardeos de la aviación nazi, aunque ahora no gobiernen los
nazis.
Aunque,
dada la intolerancia de la Fhüreresa Merkel y su ministro de economía, se
parecen mucho.
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