Como
un mantra gobierno y medios repitieron, durante años, que la causa de la crisis
estaba en que los ciudadanos habían vivido por encima de sus posibilidades y
que, para salir de ella, había que hacer grandes sacrificios: purgar el pecado
de la irresponsabilidad por haber intentado vivir como ricos, aun siendo pobres
y clase trabajadora.
El
mensaje tenía mucho de trasfondo judeocristiano. Los pobres habían transgredido
las leyes divinas que dicen que hay que aceptar el destino marcado por su Señor
y que había por ello que purgar esa osadía con el sacrificio y el dolor. Esto se
tradujo en bajadas de sueldos y la pérdida de servicios públicos hasta entonces
irrenunciables como la Sanidad, la Educación o las prestaciones sociales.
Mas
las falacias acaban por descubrirse, y aunque a los contemporáneos parecieran
siglos los pasado en esa vorágine de falsedades y castigos, al final, en breve
tiempo en términos históricos, está
quedando palmariamente claro que aquel ‘vivir por encima de nuestras
posibilidades’ no fue sino un ‘ser robados por encima de nuestras posibilidades’.
¿Tiene la culpa el pueblo de haber sido estafado por los poderosos? Habrá quien
proclame la inocencia de las masas en el abuso y el latrocinio. Aunque algo de
culpa hay. Está en aquellos que se dejaron engañar por los mantras repetidos
por el Gobierno y la prensa afín. En quienes dieron por bueno que de la crisis
eran culpables los que con créditos que no eran sino el chocolate del loro del
cuento, habían arruinado al país.
Poco
a poco tanta mentira está quedando al descubierto. Hoy, tras una investigación
coordinada por Le Monde y el Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación (ICIJ) en la que participan 60 medios de todo el mundo –en
España, El Confidencial y La Sexta–, se dio
a conocer la Lista Falciani que incluye los nombres de 106.000 personas físicas
y jurídicas residentes en 203 países. Sus cuentas en la filial suiza sumaban
entre 2006 y 2007, años a los que pertenece la filtración, más de 100.000
millones de dólares, 78.000 millones de euros.
España
figura en el número 12 de la lista. La rama suiza del banco británico HSBC
ayudó a numerosos clientes europeos, entre ellos a 2.694 españoles, a evadir
impuestos y esconder millones de dólares en bienes, asesorándoles sobre cómo
evitar a las autoridades fiscales en cada país, según han revelado varios
medios internacionales. El HSBC, banco en el que trabajaba Falciani es uno solo
de los bancos suizos que oculta cuentas de evasores fiscales españoles ¿Cuál
será el total de lo defraudado al fisco, esto es, a todos los ciudadanos, a
esos millones de personas que se culpó de vivir por encima de sus posibilidades?
El
Gobierno de Zapatero, a través de la ministra de Economía y Hacienda, Elena
Salgado, tuvo en su poder la lista Falciani y calló. Lo mismo hizo Montoro. Ambos
ministros de economía avisaron a los defraudadores para que se pusieran en paz
con Hacienda. No cabe duda de que esas personas avisadas por los gobiernos de
turno tenían y tienen otras cuentas, otras empresas con las que defraudan al fisco
y a todos los ciudadanos con la anuencia y complicidad del sistema
bipartidista, que recibe la gratitud de los defraudadores a través de las
puertas giratorias. Elena Salgado, nada más dejar el Gobierno de Zapatero,
entró en Endesa como consejera. Felipe González está en Gas Natural, Rodrigo
Rato estuvo o está en Telefónica, Banco de Santander, Banco Lazard y Bankia,
donde, como el Tenorio, triste memoria de sí dejó.
Emilio
Botín, el poderoso banquero, no solo en España sino en todo el mundo, fue ‘pillado’
como defraudador de 2.000 millones de euros, que escondía en paraísos fiscales
como Panamá, donde contaba con un entramado empresarial. A Botín le avisó
Hacienda para que pagase una multa y aquí paz y después gloria. El juez Andreu
desestimó procesarle por fuga de capitales. Poderoso caballero es don dinero, y
lo era Don (?) Emilio Botín.
Pero
no fue el único descubierto por la lista Falciani que defraudó al Fisco sin más
consecuencia que pagar una multa. Entre otros, Alfons Goodals, exvicepresidente
del Barça con Joan Laporta o Ramón Gómez Vila, exmagistrado del Supremo - Premio
Extraordinario de Licenciatura, catedrático de derecho civil, jefe del Gabinete
de la Presidencia de las Cortes Constituyente, jefe del Gabinete del Presidente
del Consejo de Estado, poseedor de la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort,
Cruz de Alfonso X el Sabio, Cruz de Isabel la Católica y Cruz del Mérito Civil...
y defensor de Villar Mir en el juicio por el voto por correo del Real Madrid- que
acumuló tres millones de euros, según
reconoció a la Sexta. Aseguró que ya había saldado cuentas con el fisco.
También el deportista Fernando Alonso, defraudador de una fortuna de 40
millones de euros, está en esa lista junto a nombres que los medios en poder
del informe de lo que ya se conoce como Swissleaks anuncian que irán publicando
a lo largo de la semana; tal vez para no dar todos los nombres y cifras de golpe
y así evitar que los ciudadanos puedan dibujar bien claramente el volumen y
personalidad de unos defraudadores que sí robaron por encima de las
posibilidades del país.
El
Ministro Montoro, que desde que tomó posesión de la cartera de Hacienda no dejó
de favorecer a los defraudadores con una amnistía fiscal hecha a la medida de
sus amigos y donantes del PP y desmantelando la Agencia Tributaria, anunciaba
hoy, tras conocerse la lista Falciani que la inspección fiscal emprendida por su
departamento ha permitido identificar a "decenas de miles" de
contribuyentes que han regularizado deudas fiscales equivalentes "a muchos
puntos del PIB”. Palabras que se pueden poner en tela de juicio teniendo en
cuenta que el volumen de lo recaudado por Hacienda no hace subir
substancialmente las arcas del Estado, en las que se deja de ingresar muchos
miles de millones, por ejemplo, por esa sinrazón que son las SICAV.
Cuánto
hubiese aumentado el haber de las arcas públicas de no promulgar una amnistía
fiscal inmoral, o si se persiguiese con efectividad el fraude, en lugar de
perdonar los impuestos a grandes empresas, como en ocasiones denunciaron los
técnicos del Gestha –Sindicato de los inspectores de Hacienda- no se sabe. O hasta
qué punto estarían las arcas del Estado repletas si los delincuentes que
saquearon las Cajas de Ahorros –especialmente las integradas en Bankia-
hubiesen sido controlados y vigilados por el Banco de España.
La
realidad es que todo ese latrocinio que ahora se desvela como el causante de la
crisis, y no que los ciudadanos vivieran por encima de sus posibilidades,
estuvo protegido, consentido y tolerado por PP y PSOE o PSOE y PP, como gusten;
los dos grandes partidos que ahora claman en contra de Podemos –con la
colaboración de una prensa mendaz- porque su número tres cobró dinero de países
sudamericanos por su trabajo y lo ingresó en bancos españoles. Están
aterrorizados ante la posibilidad, cada día más real, de que Podemos gane las
elecciones y ellos se queden con las posaderas a la intemperie, que el pueblo
constate quienes fueron los reales causantes de la crisis y se les pida
responsabilidades.
El
anuncio de que Falciani colaborará con Podemos ha debido desquiciarles aún más.
De manera que habrá que estar preparados para todas las insidias, mentiras y
episodios de la guerra sucia que tienen preparada los santones del
bipartidismo, para evitar perder un poder que les permitió, durante cerca de
cuarenta años de pseudodemocracia, esquilmar las arcas públicas en su propio
beneficio.
Y
que cuando sus latrocinios las dejaron exhaustas, culparon al pueblo.
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