Cuando
los llamados ‘Padres de la Patria’ redactaban la Constitución tuvieron mucho
cuidado de que la frase ‘Estado laico’ no se colase en el texto y colocaron lo
de ‘Estado aconfesional’ que, como otras tantas cosas de la Constitución del
78, pretendía, sobre todo, no molestar a los poderes fácticos: el ejército y el
clero, que seguían moviendo los hilos del poder. Entonces como ahora.
En
el imaginario colectivo de la derecha estaba impresa la frase de Azaña “España
ha dejado de ser católica”, que no tuvo en su origen el sentido que la
ultraderecha quiso darle, de persecución para, con las habituales mendacidades
que la caracterizaron y aún la caracterizan, criminalizar a la II República. La
Constitución del 78, redactada a partes iguales por timoratos y fascistas,
consagró el término aconfesional y coló, además, en el apartado 3 del artículo 16:
“Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad
española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la
Iglesia Católica y las demás confesiones”.
Si
los redactores de la Constitución hubiesen proclamado a este país como Estado
laico los estudiantes españoles no se verían ahora ante la imposición religiosa
de la LOMCE, ley redactada por el infame ministro Wert y su gente, e inspirada
por la poderosa Conferencia Episcopal que aquí, como en los países integristas
musulmanes que tanto critica la derecha, legisla a golpe de mitra imponiendo
leyes como la de Educación que, a través del BOE publica los currículos de
Primaria y Secundaria, que serían de risión, de no ser tan dramático para el
futuro de los educandos el lavado de cerebro que pretenden a través de una
asignatura que no solo no debería puntuar en las evaluaciones de nota media,
sino que no tendría por qué implantarse en los centros docentes.
Como
si se estuviese haciendo un viaje hacia el pasado, en el BOE se puede leer cómo
ha de ser el aprendizaje para los niños de seis años, señalando que el alumno ha de "memorizar y reproducir
fórmulas sencillas de petición y agradecimiento". En 2º se cita como
objetivo: "Expresar, oral y gestualmente, de forma sencilla, la gratitud a
Dios por su amistad". Los disparates de beatería van aumentando según la
edad de los educandos, así a los 11 años deberán “investigar y recoger acontecimientos de la
historia donde se aprecia que el hecho religioso ha sido el motor de cambios
para potenciar los derechos humanos, la convivencia, el progreso y la paz”, así
como “conocer y explicar con ejemplos la razón por la que Confirmación, Orden y
Matrimonio están al servicio de la Iglesia”. Un curso más tarde se pretende que
tengan que “argumentar el origen del mundo y la realidad como fruto del
designio amoroso de Dios”, así como “conocer y señalar las diferencias entre la
explicación teológica y científica de la creación”. Un ‘adiós a Darwin’ muy del
gusto de los creacionistas republicanos de USA y de los carpetovetónicos
ignorantes de este país. Así, a los 16 años tendrán que “descubrir a partir de
un visionado que muestre la injusticia, la incapacidad de la ley para fundamentar
la dignidad humana” como “las respuestas de sentido que ofrece el ateísmo,
agnosticismo o laicismo y las contrasta con la propuesta de salvación que
ofrecen las religiones”. En ese curso, en el que muchos alumnos optarán por la especialización
en ciencias para cursar su futura carrera, los alumnos deberán reconocer “con
asombro” y esforzarse “por comprender el origen divino del cosmos y distinguir
que no proviene del caos o el azar”. También tendrán que informarse “con rigor” sobre los conflictos
de la Iglesia con “Galileo, Servet” y justificar “razonadamente las causas y
consecuencias de dichos conflictos”.
Podrían
llenarse no solo los folios de un artículo, sino las páginas de un libro, con
los disparates de adoctrinamiento católico que impone el talibán gobierno del
PP, en connivencia con la secta católica, que, a pesar de haber transcurrido
cuarenta años desde la muerte del dictador que se encamaba con el brazo
incorrupto de Santa Teresa, no ha cambiado un ápice sus retrógradas ideas.
Los
alumnos, o los padres en el caso de los más pequeños, que decidan escapar de la
asignatura de religión, en la que no se habla de otras religiones, aunque sí
del ateísmo para condenarlo, solo tienen como alternativa la asignatura de
Valores éticos que substituye a la de Educación por la Ciudadanía que tanto
demonizó, durante la pasada legislatura, el clan de los obispos. En ella se
adoctrina en asuntos como importancia de
la misión de las Fuerzas Armadas acerca de la seguridad y defensa de España, critica
la desobediencia civil, al resaltar lo negativo de esos casos y de la objeción
de conciencia, porque ambas “implican la desobediencia a las leyes del Estado,
a las que están sometidos todos los ciudadanos”. Son frases de aroma antañón,
que bien pueden retrotraer a aquella odiada asignatura de ‘Formación del
espíritu nacional’.
En
la misma línea de hacer de los Valores éticos una asignatura bis de la de
religión, no pierde oportunidad de adoctrinar al alumnado en el ‘derecho a la
vida’, tal y como lo considera el PP, la de las células fecundadas, no de los
enfermos de hepatitis C o de quienes ven adelantado su fallecimiento por pobreza
energética. Tampoco pierden ocasión los redactores de la asignatura de Valores
éticos, de impartir doctrina, católica se entiende, a la hora de plantear avances
científicos como "problemas”, al referirse al uso de células madre, la
clonación, la eutanasia o la eugenesia.
Al
cabo de cuarenta años de fenecido el dictador genocida, que contó con las
bendiciones de una secta, la católica, que bendecía las armas que exterminarían
a los ‘rojos’ defensores de la República, y que se implicaban en los
fusilamientos que a cientos de miles se registraron durante la postguerra, los
obispos españoles, en connivencia con el PP, imponen de nuevo un régimen
nacionalcatólico en el que la Educación está supeditada al adoctrinamiento
religioso, de un modo más propio de un estado talibán que de una democracia
europea.
Al
tiempo, la Iglesia Católica recibe 13 millones de euros mensuales para su boato
y sus campañas, para acomodar en lujosos pisos a obispos como Rouco, y está
exenta de pagar al fisco por el IBI, por los sueldos de los profesores de
religión, que costea el Estado a través de los PGE, por el impuesto de
transmisiones, por IRPF, por IVA, o por el impuesto de sociedades. Cuántos
cientos, o miles de millones, suponen la pérdida de esas exenciones para las
arcas públicas es imposible de calcular, porque no existen cifras oficiales ni
cálculos de Hacienda que puedan computarlos. Aunque es fácil pensar que, con
las prebendas que recibe y las exenciones que goza, hubieran podido evitarse
bastantes recortes de los que sufre el pueblo.
Esa
será una tarea que deberá abordar el gobierno que salga de las próximas
elecciones generales, así como resolver un Concordato fuera de las leyes
actuales. Y que, de hacer una nueva Constitución, tendrá que poner buen cuidado
en que la palabra ‘laico’ no deje lugar a dudas sobre el papel de las
religiones en el Estado: ninguno.
La
realidad, a pesar de que la secta católica se empeña en argumentar que son
muchos los católicos españoles, porque cuenta entre sus fieles a quienes fueron
bautizados por imposición del nacionalcatolicismo, es que la mayoría social de
este país hace decenios que dejó de ser católica, por mucho que algunos
sectores de la caverna se empeñen en negarlo. Futuros gobiernos, como el de
Podemos, si gana las elecciones, no debería olvidarlo y antes, en su programa
electoral, aclarar cuál es su postura frente al nacionalcatolicismo que lleva
ahogando libertades y derechos desde hace siglos.
De qué sirve si el profesor de ciencias del colegio o de bachillerato intenta explicar en qué consiste de verdad la ciencia: observar, experimentar y extraer conclusiones de lo observado si luego en la siguiente clase viene un señor con una sotana y les dice a los chavales que hay una
ResponderEliminar"profunda unidad y armonía de la iniciativa creadora y salvífica de Dios. El primer bloque parte de los datos más evidentes: la constatación de la realidad de las cosas y los seres vivos, de modo especial el hombre. Se nos impone su existencia como dato evidente. En un segundo paso, si la persona no se queda en el primer impacto o simple constatación de su existencia, tiene que reconocer que las cosas, los animales y el ser humano no se dan el ser a sí mismos. Luego Otro los hace ser, los llama a la vida y se la mantiene. Por ello, la realidad en cuanto tal es signo de Dios, habla de Su existencia."
http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2015/02/el-muy-catolico-boletin-oficial-del.html
Así que la situación en la escuela actualmente es similar a la de la famosa Penélope homérica: un continuo tejer (ciencias) que luego es rápidamente destejido por la religión. Y así luego encontramos creyentes, adeptos a medicinas holísticas y demás, porque una vez que se acepta algo absurdamente irracional se abre la puerta a todas las demás supercherías: http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2014/10/en-el-reino-unido-creacionismo-y.html
Pero claro, si los padres lo solicitan pues terminaremos enseñando en los colegios astrología, que la Tierra es plana y cualquier otra absurdez que perpetúe el ciclo de irracionalidad y superstición.